En un giro político que muchos consideraban improbable, pero que otros veían venir, el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha cumplido su advertencia: ha impuesto aranceles del 25 % a las exportaciones mexicanas. Su justificación, fundamentada en la percepción de que en México prevalece un “narcogobierno”, ha generado un torbellino de reacciones tanto en el ámbito político como en el económico.

Un cambio de estrategia insuficiente

Cabe recordar que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue caracterizado por la política de “abrazos y no balazos”, una estrategia que, en su momento, se vendió como una alternativa humanitaria y social para frenar la violencia. No obstante, con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, se han implementado acciones más contundentes, incluyendo operativos contra el tráfico de drogas y la detención de delincuentes. A pesar de ello, estas medidas no han sido suficientes para disuadir a Trump de endurecer su postura.

En este contexto, resulta pertinente cuestionar cuál es el verdadero trasfondo de la decisión estadounidense. La entrega de 29 capos del narcotráfico, entre ellos Rafael Caro Quintero, no ha cambiado la percepción de Trump ni de su base política. Al contrario, este endurecimiento de su retórica sugiere que las medidas punitivas contra México no dependen de las acciones del gobierno mexicano, sino de una agenda política con fines electorales y geoestratégicos.

Reacciones encontradas: entre la ingenuidad y la mesura

La respuesta de los actores políticos en México ha sido variada. Por un lado, algunos miembros del partido Morena han calificado la actitud de Trump como “infantil”, una postura que podría interpretarse como una subestimación de la capacidad política del expresidente estadounidense. Por otro lado, la presidenta Sheinbaum ha mantenido una posición de mesura y cautela, evitando una confrontación directa.

Sin embargo, más allá de las palabras, lo que preocupa es la falta de una estrategia clara para contener las represalias comerciales de los Estados Unidos. No es realista pensar que una movilización masiva en el Zócalo, llena de militantes y simpatizantes del gobierno, pueda disuadir a la Casa Blanca de sus intereses políticos y económicos.

Agenda ya visible de la derecha conservadora

Más allá de la coyuntura inmediata, la política exterior de Trump responde a una agenda oligárquica y a una filosofía política profundamente arraigada en la historia estadounidense. La doctrina Monroe y el Destino Manifiesto, pilares fundamentales de la política exterior de los Estados Unidos, han sido reactivados en un contexto de reconfiguración global, donde la diversidad ideológica y el ascenso de movimientos de izquierda representan una amenaza para el conservadurismo político norteamericano.

Dentro de este panorama, la llamada “Cuarta Transformación” de México se encuentra en el bando contrario a la visión política de la derecha estadounidense. En las últimas dos décadas, la izquierda política ha logrado avances significativos en América Latina, pero la situación actual marca una transición hacia una nueva etapa geopolítica, en la que los intereses conservadores buscan recuperar su dominio.

Consecuencias económicas y comerciales

Uno de los mayores riesgos que enfrenta México en este conflicto es la fragilidad de su sistema económico ante las represalias comerciales de su principal socio. La dependencia de las exportaciones hacia Estados Unidos es un factor crítico que podría generar un resquebrajamiento en la estructura económica del país. La imposición de aranceles del 25 % afectará sectores clave, como el automotriz, el agroindustrial y el manufacturero, lo que podría traducirse en una pérdida de empleos y un debilitamiento del crecimiento económico.

Ante esta situación, es imperativo que el gobierno mexicano diseñe una política de contención y diversificación comercial. Depender exclusivamente del mercado estadounidense se ha convertido en una vulnerabilidad, y es necesario fortalecer las relaciones económicas con otras regiones del mundo.

Reflexión final

En definitiva, la medida de Trump no es un hecho aislado, sino una manifestación de una agenda geopolítica más amplia. La Cuarta Transformación enfrenta un reto sin precedentes en materia de política exterior y comercio internacional. La gran interrogante es si el gobierno de Claudia Sheinbaum será capaz de diseñar una estrategia efectiva para afrontar la embestida norteamericana o si, por el contrario, la falta de acción y previsión condenará a México a una crisis económica de grandes proporciones.


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