En el Día Mundial de la Vida Silvestre, las Naciones Unidas llaman a colmar la brecha financiera para la conservación de la flora y fauna salvajes, y así garantizar la supervivencia de los ecosistemas que sustentan la vida en la Tierra.
Desde la estepa patagónica hasta los arrecifes de coral de las Islas Galápagos, los animales y las plantas salvajes son partes esenciales de la intrincada red de la vida de la Tierra.
Las especies silvestres no solo regulan los procesos naturales, también proporcionan servicios esenciales que apoyan los medios de subsistencia humanos: más de la mitad del producto interior bruto (PIB) mundial depende de la naturaleza, según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
Sin embargo, más de un millón de especies en peligro de extinción, por lo que es urgente la financiación para la conservación. Por ello, este lunes se conmemora el Día Mundial de la Vida Silvestre con el tema Financiación de la conservación de la vida silvestre: Invertir en las personas y el planeta.
A nivel global, las razones por las que se ha disparado la pérdida de la vida silvestre son ampliamente conocidas, entre ellas, la contaminación y el cambio climático y los delitos medioambientales como la deforestación, la minería ilegal, la caza furtiva y el tráfico de especies.
En América Latina, la fauna silvestre de países megadiversos como Ecuador está a la merced del crimen organizado, que ha encontrado en los delitos medioambientales una oportunidad para diversificar sus actividades porque “son crímenes que generan mucho dinero y que tienen bajo riesgo”, según indica a Noticias ONU el responsable de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en el país.
“Es muy complejo investigarlos y es muy complejo sancionarlos”, dice Leopoldo Fernández, quien explica que, si bien el tráfico de drogas conlleva un riesgo alto de ir a prisión, una actividad ilícita relacionada con el medio ambiente puede no tener ninguna consecuencia o, a lo sumo, causar una sanción administrativa o monetaria.
Según la agencia, el crimen organizado transnacional ha incorporado los delitos ambientales como un pilar financiero fundamental para el narcotráfico y expansión de su influencia, facilitando el lavado de activos y reforzando la convergencia con otros delitos como la corrupción, tráfico de armas y la trata de personas.
Las redes criminales facilitan el tráfico ilegal de recursos naturales, generando entre 110.000 y 281.000 millones de dólares en ganancias ilícitas anualmente, según datos del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (GAFILAT).
La explotación de los delitos ambientales, como la minería ilegal y el tráfico de vida silvestre, no solo contribuye al lavado de dinero para carteles internacionales y grupos armados, sino que también alimenta la corrupción y afecta la seguridad en el hemisferio occidental y a nivel global.
“Hay que reforzar las instituciones, hay que fortalecer las capacidades técnicas y operativas para que puedan detectar, investigar y sancionar este tipo de delitos”, aboga Fernández, destacando que uno de los portafolios que tiene UNODC en el país es precisamente sobre delitos ambientales, a través del cual buscan robustecer la cooperación regional para prevenirlos y combatirlos.
Uno de los principales proyectos que apoya la agencia en la actualidad consiste en reforzar las capacidades de todos los involucrados en una investigación sobre un delito contra la flora o la fauna, de forma que sepan resguardar las pruebas de un delito (preservar la cadena de custodia).
“¿Por qué? Porque cuando llevamos la prueba al juicio, si no es sólida, el juicio se cae”, subraya Fernández. “Las organizaciones criminales que se benefician de este tipo de delitos invierten muchísimo dinero también en otros especialistas; pueden ser abogados, contadores o expertos de otras áreas que los van a apoyar durante los procesos judiciales”.
En el país, el aumento de la minería ilícita ha impulsado la deforestación, el desplazamiento de poblaciones locales e indígenas, la destrucción de los hábitats y, por lo tanto, la pérdida de biodiversidad.
Fernández advierte que hay grupos criminales que controlan zonas mineras y utilizan los minerales para lavar dinero y financiar todas sus actividades. “Fuentes oficiales hablan de que al día salen de las fronteras de Ecuador 20 millones de dólares en oro. Estamos hablando de más de 7000 millones al año”, apunta.
Sobre el terreno, Noticias ONU habló con el subdirector de la Policía Científica en Ecuador, Xavier Chango, mientras impartía un taller sobre la preservación de la cadena de custodia en la ciudad de Cuenca.
El teniente coronel explicó que el taller estaba dirigido a los primeros respondientes, o aquellas personas que llegan a la escena del crimen y que no necesariamente son funcionarios policiales, sino guardaparques.
“Es importante que este primer respondiente sepa qué hacer”, explica Chango. “Muchos de los indicios que se encuentran en las escenas se terminan por destruir, contaminar o simplemente por esfumarse del lugar de los hechos”.
En consecuencia, no se levantan los indicios que permiten realizar una investigación y, como explicó el responsable de UNODC, no se pueden establecer responsabilidades para aplicar sanciones frente a la vulneración de los derechos de la naturaleza.
Chango destaca la variedad de escenarios para los que los funcionarios deben estar preparados, en los que puede haber especies heridas o restos de especies muertas como garras, plumas, grasa, o árboles que han sido talados ilegalmente y minerales.
Según el funcionario, los crímenes contra la fauna silvestre ocurren en todo el país, incluyendo las Islas Galápagos, hogar de animales únicos en su especie.
Delfines rosados, jaguares, armadillos, tortugas, iguanas, todas están en riesgo de tráfico y tenencia ilegal. El subdirector coincidió que ha habido un aumento de la minería ilícita.
Para hacer frente a este panorama complejo, la Policía Nacional cuenta con un grupo de biólogos, geólogos, ingenieros forestales, ingenieros ambientales y médicos veterinarios zootecnistas para la investigación de crímenes medioambientales. Chango reconoce que es un equipo pequeño, pero espera que vaya creciendo.
“En Ecuador, la naturaleza tiene derechos que están establecidos en la Constitución. Una vulneración de derechos tiene que investigarse y tiene que sancionarse”, dice tajantemente.
Una de las participantes del taller fue Ximena Ceballos, bióloga en el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica.
Ceballos realiza rescates e imparte charlas de educación ambiental a comunidades para el manejo de biodiversidad y el tráfico de vida silvestre, ya que en la provincia en la que trabaja, Morona Santiago, hay grandes porcentajes de tráfico y tenencia.
En 2023, llegó a realizar un total de 75 rescates, en los que se encontró con distintas especies como serpientes, monos, loros, tortugas e incluso, una nutria. En otra ocasión, la bióloga retuvo la tenencia ilegal de carne de oso de anteojos, el único oso nativo de Sudamérica y que se encuentra clasificado como vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
En referencia a la tenencia ilegal, Ceballos explica que, a veces, las familias ya no quieren tener los animales más en las casas. “Llaman o vienen a la oficina y dicen que se encontraron al animal, pero al momento de hacer una valoración, me doy cuenta de que el animal ha sido domesticado. En esos casos, el animal ya no puede ser liberado”.
“Nosotros, como Ecuador, sabemos que somos un país megadiverso, por lo cual hago un llamado a toda la provincia de Morona Santiago a que cuide y a que ayude al Ministerio del Ambiente a hacer las denuncias al 911 por el tema de tenencia ilegal, y de no ser partícipes de compra de animales de vida silvestre”, pide la bióloga.
La bióloga Ximena Ceballos sostiene un loro rescatado en la provincia Morona Santiago, Ecuador.
Proteger la riqueza biológica del país no está exento de riesgos. Otro de los participantes del taller, Paul Tito, rememora que, en una ocasión, casi lo atropellan conductores en volquetas que intentaban sustraer materiales de un área protegida.
En su calidad de administrador de la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo, su trabajo incluye el control y vigilancia de delitos ambientales en esa área, como la cacería, la minería ilegal, el transporte ilegal de madera, atropellamientos y exceso de velocidad.
A medida que se fortalecen los mecanismos de conservación, se requiere más recursos dedicados a este ámbito.
En palabras de la secretaria general de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, “la magnífica biodiversidad de nuestro planeta no tiene precio, pero conservarla tiene un costo”.
Ivonne Higuero insiste en que cada año se necesitan miles de millones de dólares para colmar la brecha financiera mundial para la conservación de la vida silvestre, “una brecha que debemos cerrar para garantizar la supervivencia de las especies y los ecosistemas que nos sustentan a todos”.
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La importancia de la gestión sostenible de la tierra para limitar el calentamiento global a 1,5 °C
Notipress.- La comunidad científica busca con algo de prisa la manera de limitar el calentamiento global 1,5 grados Celsius. Pero, para eso, los científicos aseguran que no sólo será necesaria una reducción masiva de las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de las actividades humanas, sino también una mayor cantidad de tierra para satisfacer la creciente demanda de bioenergía y captura de carbono basada en la naturaleza. Al mismo tiempo se requerirá una superficie suficiente para la producción de alimentos y la sostenibilidad ecológica.
En un reciente estudio del Centro de Ciencia y Estrategia de Sostenibilidad del MIT (CS3), publicado en Frontiers in Environmental Science, ofrece un análisis integral sobre cómo la gestión de la tierra puede contribuir a limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Según los investigadores, alcanzar esta meta requiere reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, reasignar el uso de la tierra y garantizar la sostenibilidad alimentaria y ecológica.
De acuerdo con el informe, en un mundo con un calentamiento limitado a 1,5 °C, la tierra jugará un papel esencial al absorber dióxido de carbono y producir energía limpia. Entre las estrategias propuestas se encuentran soluciones basadas en la naturaleza (SbN) como la forestación, reforestación y bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS), además de la expansión de parques eólicos y solares.
El estudio utiliza el marco de Modelado de Sistemas Globales Integrados (IGSM) del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) para evaluar el equilibrio entre la necesidad de alimentos, energía limpia y sumideros naturales de carbono. Bajo el escenario climático Sky2050 de Shell, los investigadores concluyen que es posible satisfacer estas demandas mediante transformaciones políticas y cambios en las prácticas de gestión de la tierra.
Medidas como proteger los ecosistemas, detener la deforestación, fomentar prácticas agrícolas sostenibles, reducir el desperdicio alimentario y promover el consumo responsable podrían garantizar la sostenibilidad. Según el estudio, estas acciones permitirían secuestrar entre 3 y 6 gigatoneladas de CO2 anuales utilizando de 2,5 a 3,5 hectáreas de tierra para SbN, mientras que la bioenergía y las energías renovables ocuparían entre 0,4 y 0,6 hectáreas adicionales.
“Nuestro escenario muestra que hay suficiente tierra para soportar un calentamiento global de 1,5 grados centígrados en el futuro, siempre que se implementen políticas efectivas a nivel nacional y global“, afirmó el científico principal de investigación del CS3, Angelo Gurgel, autor principal del estudio.
Gurgel asegura que estas políticas contra el cambio climático no solo deben promover un uso eficiente de la tierra para la alimentación, la energía y la naturaleza, sino que también deben estar respaldadas por un compromiso a largo plazo. Además, indicó que esta iniciativa debe ser sostenida en el tiempo por la toma de decisiones del gobierno y la industria.
]]>Un hipnótico video llama la atención sobre los ecosistemas de arrecifes de coral, que figuran entre los más vulnerables del planeta al cambio climático. El artista Refik Anadol se ha apoyado en la inteligencia artificial para su obra.
Una innovadora instalación artística en la sede de la ONU, obra del célebre artista Refik Anadol, aprovecha la inteligencia artificial para concienciar sobre la belleza y fragilidad de los arrecifes de coral del mundo y la urgente necesidad de hacer frente a la crisis climática.
Formas abstractas en verde, naranja y blanco se entrecruzan en un patrón interminable e irrepetible, combinado con música ambiental que induce un efecto hipnótico en quienes la miran demasiado tiempo (como quien esto escribe).
Es muy difícil que los delegados de la Asamblea General y la Cumbre del Futuro se pierdan el Gran Modelo Natural: Coral. La obra ocupa toda una sección de la pared del pasillo de la planta baja del edificio de conferencias de la sede de la ONU, frente al Jardín Japonés de la Paz.
Pero, además de llamar la atención per se, el artista que está detrás de la obra llama sutilmente la atención sobre dos de los principales temas mundiales que se debaten en la ONU durante la semana más ajetreada del año: la crisis climática y el impacto de la inteligencia artificial.
Se utilizó la IA para reunir millones de fotos de arrecifes de coral, muchos de ellos en peligro por el aumento de la temperatura de los océanos. El efecto en el espectador es hipnotizador y, dado el contexto, conmovedor: los ecosistemas de arrecifes de coral figuran entre los más vulnerables del planeta al cambio climático.
Estas ciudades submarinas, que sustentan el 25% de la vida marina, podrían prácticamente desaparecer a finales de este siglo.
«Espero que Gran Modelo Natural: Coral inspire a la gente a ver cómo la tecnología puede fomentar conexiones más profundas con nuestro planeta y capacitarnos para trabajar juntos por un mundo más sostenible», declaró el Anadol en la inauguración de la instalación.
Le acompañaban Vilas Dhar, presidente de la Fundación Patrick J McGovern -organización filantrópica dedicada a promover soluciones de inteligencia artificial y ciencia de datos para todos- y Melissa Fleming, subsecretaria general de comunicaciones Mundiales de las Naciones Unidas, cuyo departamento organizó conjuntamente la exposición.
«La IA no es solo una herramienta para la innovación, es una fuerza que puede cambiar la forma en que vemos nuestro planeta, reconectándonos con la belleza y la fragilidad de la naturaleza de formas nunca antes posibles. La brillante visión de Refik Anadol nos permite utilizar la tecnología para captar los sentidos y provocar una conexión emocional más profunda con nuestro mundo natural», afirmó Dhar.
Gran modelo de la naturaleza: Coral se expondrá en la sede de la ONU del 21 al 28 de septiembre, coincidiendo con la reunión anual de líderes mundiales en la Asamblea General y la Cumbre del Futuro. La Cumbre, que se celebra del 22 al 23 de septiembre, se centra en reforzar el multilateralismo y abordar retos y oportunidades críticos, incluidos los que presentan tecnologías nuevas y emergentes como la IA.
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“Eve”, el pez robótico que recolecta ADN para revelar los secretos del océano
Notipress.- En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la ciencia encontró en los robots una herramienta invaluable para explorar y proteger los ecosistemas marinos. Uno de los desarrollos más recientes en este ámbito es “Eve“, un pez robótico creado por estudiantes de la ETH Zurich. Diseñado para recolectar ADN ambiental (eDNA) mientras nada, Eve promete revolucionar la forma en que los científicos estudian la biodiversidad de los océanos, proporcionando datos detallados sin alterar los hábitats naturales.
Dicho proyecto abre nuevas posibilidades para la conservación marina en un momento crítico para los ecosistemas del planeta. Asimismo, Eve es un vehículo submarino autónomo (AUV) y se desplaza por las aguas del lago de Zúrich gracias a una cola de silicona, impulsada por bombas internas, permitiendo moverse de manera fluida y natural. Este pez robótico es resultado de dos años de trabajo de un grupo de estudiantes quienes desarrollaron un banco de peces robóticos blandos, siendo Eve el más reciente.
Una de las características notables de Eve es el diseño biomimético, y permite integrarse en el ecosistema acuático sin alterar el entorno. “Al hacer que Eve se parezca a un pez, podemos ser mínimamente invasivos en el ecosistema que estamos estudiando”, explicó Dennis Baumann, estudiante de maestría en ETH Zurich. Esta capacidad de camuflaje es importante para evitar asustar a otros peces o especies marinas durante las investigaciones.
Sin embargo, la capacidad de Eve para pasar desapercibida no es su única ventaja. El AUV está equipado con una cámara submarina y un sonar, esto le permite filmar bajo el agua y evitar obstáculos. Además, Eve cuenta con un filtro especializado para recolectar eDNA mientras nada, permitiendo a los científicos analizar las partículas de ADN presentes en el agua para identificar las especies que habitan bajo el agua.
“Todos los animales en el medio ambiente pierden su ADN, lo que significa que hay ADN flotando por ahí que podemos recolectar”, indicó Martina Lüthi, investigadora postdoctoral en ETH Zurich. Este enfoque innovador ofrece a los científicos una herramienta para estudiar los océanos, estos cubren más del 70% del planeta. En los últimos años, aumentó el uso de tecnologías avanzadas, como los vehículos aéreos no tripulados (UAV) y los vehículos operados a distancia, para explorar hábitats submarinos.
Un ejemplo de ello es la empresa emergente Aquaai, quienes desarrollaron drones similares a peces payaso para medir parámetros como el oxígeno, la salinidad y los niveles de pH en las vías fluviales. Esta herramienta ayuda a los científicos a comprender en profundidad los ecosistemas marinos. Aunque el uso de eDNA para monitorear la biodiversidad está en crecimiento, muchas técnicas de muestreo siguen siendo rudimentarias.
Algunos investigadores aún recolectan muestras de agua con métodos básicos como inclinar una taza sobre el borde de un bote. Herramientas avanzadas como Eve podría ser crucial para estudiar los océanos con mayor detalle y, en última instancia, proteger los ecosistemas de las amenazas del cambio climático, la sobrepesca y otras actividades humanas.
Por otro lado, Bauman indicó “Queremos construir una herramienta confiable para los biólogos”, quien espera que algún día esta tecnología esté al alcance de cualquier científico si desea utilizarla. No obstante, la visión de del equipo de investigadores permitirá que, herramientas como Eve, puedan contribuir a la preservación de las especies marinas, evitando caer en peligro de extinción.
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Para brindar soluciones a problemáticas del ecosistema académico y de investigación
Mérida, Yucatán, 3 de mayo de 2024.- Con el objetivo de brindar soluciones a las problemáticas que afrontan las comunidades aledañas al Parque Científico y Tecnológico de Yucatán (PCTY), la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) abrió una Unidad Universitaria de Inserción Social (UUIS) en este centro de investigación.
Durante el acto protocolario de inauguración en el salón “Dr. Alfonso Larqué Saavedra” del PCTY, el rector de la UADY, Carlos Alberto Estrada Pinto, manifestó que con esta nueva sede también se busca brindar soluciones a las problemáticas del ecosistema académico y de investigación.
“El propósito es trabajar en la implementación de programas y proyectos enfocados a mejorar su calidad de vida y salud”, abundó.
Derivado de esto, dijo, surgió la propuesta de incorporar una UUIS que sea operada de manera colaborativa entre el Parque Científico y la UADY, a través del programa de servicio social donde las y los alumnos de las licenciaturas de Enfermería, Medicina, Psicología, Nutrición y Ciencias Antropológicas, de esta casa de estudios, sean los autores principales.
“Se hará un trabajo multidisciplinario para la atención de servicios, el desarrollo comunitario, la formación académica y la promoción a la salud individual y colectiva para un bienestar social”, agregó.
Estrada Pinto indicó que esta sinergia permitirá consolidar el proceso enseñanza-aprendizaje en estudiantes y profesorado, ya que “se pretende dejar un gran impacto social, identidad que nos caracteriza como universitarios y seguiremos dando pasos firmes, para que la presencia de la UADY se consolide y tenga un gran impacto aquí en el parque y en las comunidades aledañas”.
En su turno, el secretario de Investigación, Innovación y Educación Superior (SIIES), Mauricio Cámara Leal, felicitó a las y los doctores que participan en la UUIS e invitó al Consejo Universitario para participar con ideas y propuestas con el propósito de crear proyectos que involucren a investigadores UADY y de las instituciones que colaboran con el Parque Científico.
Antes de realizar el corte del listón, la directora general del PCTY, Vanesa Burgos Alonso, detalló que esta Unidad Universitaria cuenta con dos consultorios completamente equipados para atender tanto a los miembros de la comunidad del centro de investigación, como a los habitantes de la Sierra Papacal.
“Hemos elaborado un programa de apoyo social estructurado, en el cual colaborarán integrantes de la UUIS San José Tecoh quienes han aportado materiales y suministros para brindar servicios de calidad, así como el apoyo de los doctores Pedro y Milton Gorocica y Marina Durán, quienes han donado parte del mobiliario y equipamiento”, explicó.
Finalmente, destacó que próximamente la UADY formará parte del ecosistema del Parque Científico, estableciendo una Unidad de Investigación al interior.
“Con esto, la universidad se suma al ecosistema de innovación del parque que hoy está compuesto por 13 instituciones diferentes las cuales trabajan de manera colaborativa en el impulso de la investigación, innovación, desarrollo tecnológico y de la formación de talento humano, altamente especializado contribuyendo con ello a ser de nuestro Estado un referente a nivel nacional e internacional en estos temas”, resaltó.
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Un proyecto, acompañado por la ONU, demuestra lo necesario que es el involucramiento de las comunidades en la preservación y protección de los ecosistemas y las áreas naturales que oxigenan el planeta y otorgan el alimento y otros recursos vitales.
El cerro del Tepepolco tiene a su ángel guardián. Motivado por la protección y conservación del medio ambiente, así como por la historia de su natal Iztapalapa y la reconstrucción del tejido social en su comunidad, Ángel Villagrán se ha convertido en un “guardián de su territorio”, específicamente del Tepepolco (“cerro grande”, en náhuatl), un caso inspirador que vale la pena visibilizar en el marco del Día Internacional de la Madre Tierra (22 abril) y el Decenio de la ONU para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030).
La historia de Ángel como “ecoguardián” empezó con una caminata realizada hace unos años en el cerro Tepepolco, también conocido como Cerro del Peñón Viejo, un volcán inactivo de 2370 metros de altura ubicado al oriente de la Ciudad de México que guarda un gran valor histórico y sagrado desde la época prehispánica de los Mexicas y es clave para el abastecimiento hídrico de la zona, pero cuyos suelos, flora y fauna se han visto severamente afectados a causa de la actividad minera y el crecimiento urbano acelerado.
Inspirado en el trabajo de otros jóvenes como él, Ángel entendió el valor del cerro en aquella caminata y ahora se dedica a protegerlo y preservarlo de forma voluntaria a través de diversas acciones comunitarias impulsadas por la Red Socio ambiental Paraíso y Paz, colectivo local autogestivo en el que participa.
“Es un cerro muy seco y muy herido, nos queda sólo 30% de lo que fue. Tratamos de rescatarlo lo más que podemos”, indica Ángel, quien es filósofo de profesión. “Realizamos tequios (trabajo o tributo, en náhuatl) cada 15 días. En esta temporada de secas quitamos maleza, (hacemos) plantaciones de magueyes y reforestación de árboles nativos. También actividades culturales, como caminatas con diferentes temáticas: de día de muertos, papaloteadas, pajareadas, observación de aves, acampadas y caminatas históricas”, agrega.
Podemos ir tejiendo redes entre todos para lograr un cambio no solo ambiental sino socioambiental, para generar paz y un buen vivir.
Actualmente, Ángel y su colectiva están cerca de lograr la Declaratoria del Tepepolco como un Área de Valor Ambiental (AVA) en la categoría de bosque urbano. Se trata de una protección federal que les ayudará a dar un mejor mantenimiento al cerro y evitar problemas de asentamientos irregulares, deslaves, tiraderos de basura, inseguridad, quema de áreas verdes, vandalismo, erosión y deforestación.
En México, la CONANP actualmente administra 226 Áreas Naturales Protegidas (ANP) de carácter federal, que suman un total de 93.807.804 hectáreas bajo el régimen de conservación. Además, apoya la gestión de 579 Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC), abarcando una superficie de 1.265.745 hectáreas. Algunas áreas han sido declaradas gracias a la colaboración y apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación en México (FAO).
Ángel impulsa la Declaratoria del Tepepolco como Área de Valor Ambiental (AVA), gracias a los conocimientos adquiridos en el programa “Guardianas y Guardianes de Territorios”, desarrollado en el Centro de Educación Ambiental y Cultural “Muros de Agua-José Revueltas” en colaboración con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP). El programa también cuenta con el respaldo de la FAO, dentro del marco del Proyecto VIDA, dando seguimiento a las juventudes egresadas.
A través del trabajo colectivo, la organización y la articulación con diversos actores, el programa promueve el cuidado del medio ambiente desde un enfoque sociocultural y de derechos humanos en el que las juventudes asumen un rol central como agentes de cambio en sus comunidades.
“Lo que se busca es que las juventudes puedan reconocerse como sujetos políticos capaces de incidir y transformar sus realidades sociales, a partir de identificar las problemáticas que hay en torno al medio ambiente”, apunta Yazuli Pérez, joven antropóloga que forma parte del Centro de Educación Ambiental y Cultural “Muros de Agua-José Revueltas”, ubicado en la Reserva de la Biósfera Islas Marías, en el estado de Nayarit.
El proyecto, explica Yazuli, tiene tres momentos: la convocatoria, un proceso formativo de 15 días en Islas Marías y, finalmente, un acompañamiento técnico de un año en los territorios. En el curso en Nayarit, las y los Guardianes son capacitados por especialistas de alto nivel, quienes les comparten conocimientos y herramientas clave para la implementación de actividades socioambientales. Posteriormente, durante un año se les acompaña en la vinculación con otras redes y dependencias del Gobierno, se les ayuda con algunas gestiones e incluso se les acompaña en sus jornadas territoriales. Ningún Guardián cobra por su trabajo; todas y todos lo hacen por la convicción de un mundo más habitable y sostenible.
“La apuesta está en las juventudes. Ver todo lo que hacen día a día, (ver) el trabajo (que realizan) a pesar de que estudian (y ver) la convicción que tienen por transformar algo de su vida, es impresionante”, destaca Yazuli. “Es alentador y esperanzador (…) Hay que tomar los espacios para defender el territorio y la vida”, concluye.
El proyecto cuenta ya con 12 generaciones de “Guardianas y Guardianes de Territorios”, lo que se traduce en 348 jóvenes de 24 estados de la república mexicana capacitados y con proyectos en sus comunidades.
Para Lina Pohl, representante de la FAO México, el proyecto de “Guardianas y Guardianes de Territorios” es clave porque demuestra lo necesario que es el involucramiento de las comunidades en la preservación y protección de los ecosistemas y las áreas naturales que oxigenan el planeta y otorgan el alimento y otros recursos vitales.
“No es una tarea del Estado solamente. Es una tarea de todas y todos”, destaca. “Tenemos un solo planeta y es un planeta muy complicado con el cambio climático, muy amenazado con las acciones de sobreexplotación y extracción, y con la falta de conciencia de mucha gente”, indica.
“Ya no podemos pensar en áreas prístinas, áreas sin nadie. Ya se ha demostrado que son las comunidades, son las personas las que transforman si lo hacen de buena manera y protegen la biodiversidad”, agrega la Representante, quien hace un llamado urgente ante la evidente muestra del calentamiento global con los actuales récords de altas temperaturas en la Ciudad de México, así como el aumento de las sequías y de las ciudades sin agua, los incendios forestales y las inundaciones no solo en México sino en el mundo entero.
“No es ciencia ficción. Los recursos naturales están amenazados y todos y todas tenemos un papel que jugar”, advierte. “La Madre Tierra nos ha dicho: no más subsidios. Ya acabó. Voy a pasar la factura si siguen tratándome de la forma en la que me están tratando. ¡Basta ya! Nosotros debemos tomar conciencia. ¡Todas las acciones son importantes! Así sea la más pequeña”, dice.
Por esta razón, la FAO México impulsa diversos proyectos que buscan contribuir a la prevención, detención y reversión de la degradación de los ecosistemas en el país. Entre ellos, destacan: el establecimiento y restauración de corredores biológicos entre las áreas naturales más importantes de México; el impulso a una agricultura y pesca sostenibles ante la presencia de océanos llenos de plástico acidificados y con grandes peligros para la salud; el trabajo con comunidades indígenas que comparten sus prácticas sobre cómo utilizar los recursos de forma sostenible; la protección de semillas a través de laboratorios de germoplasma, y la creación de aplicaciones digitales para hacer un uso eficiente del agua y los fertilizantes en los cultivos, entre otros proyectos.
Más de 340 personas jóvenes de todo México han sido capacitadas en el marco del proyecto de “Guardianas y Guardianes de Territorios”. Conoce otros de los trabajos impulsados en Campeche, Quintana Roo y Jalisco.
Benhur Ortegon, joven indígena maya comprometido con el desarrollo sostenible, la justicia social y la conservación ambiental, es un Guardián del territorio que participa en la Capacitación en Meliponicultura Sustentable (crianza de abejas meliponas) como servicio ecosistémico en los manglares de la comunidad de Isla Arena, Calkiní, en Campeche. Durante más de seis años, Benhur ha liderado proyectos que empoderan a productores a pequeña escala, promueven prácticas agroecológicas y fomentan el comercio justo, a través de capacitaciones y talleres a apicultores, meliponicultores y sembradores.
Noel Álvarez, de Jalisco, lidera La bitácora del cuervito, un proyecto de divulgación científica ambiental en Instagram en el que habla principalmente sobre zoología y animales. Hasta el momento, se han publicado más de 25 infografías sobre taxonomía, etología, ecología, distribución, reproducción y estado de conservación, entre otros. “¿Qué otro sentido de la vida hay si no es el de amar, estudiar y valorar a nuestros demás hermanos que también están vivos?”, destaca Noel en el perfil de su cuenta con casi 7 mil seguidores. El joven guardián también ha participado en conferencias y talleres.
Marisol Ka May, apicultora y meliponicultora de Quintana Roo, también trabaja con abejas. La egresada de la décimo primera generación de “Guardianas y guardianes de Territorios” imparte talleres en lengua maya a niñas y niños de 7 a 11 años sobre la importancia ecosistémica de los insectos productores de miel, en la escuela primaria Benito Juárez, en Kpchen, Quintana Roo. La joven guardiana cuenta con experiencia en el manejo y crianza de abejas sin aguijón y apis mellifera. También ha participado en proyectos de investigación.
Texto: Eloísa Farrera / Fotos y videos: Luis Arroyo / Centro de Información de la ONU en México.
Capaz de mantener una rica biodiversidad y de actuar como una defensa costera natural, estos ecosistemas contribuyen al bienestar, a la seguridad alimentaria y a la protección de las comunidades costeras de todo el mundo. Además, son capaces de almacenar una media de 1000 toneladas de carbono por hectárea en su biomasa y suelos subyacentes. Sin embargo, están desapareciendo.
Este miércoles se celebra el Día Internacional para la Conservación de los Manglares, una ocasión para concienciar sobre la importancia que tienen estos ecosistemas y la necesidad de protegerlos y restaurarlos.
Los manglares son ecosistemas singulares que se encuentran en el límite entre la tierra y el mar. Estos hábitats extraordinarios contribuyen al bienestar, a la seguridad alimentaria y a la protección de las comunidades costeras de todo el mundo. Mantienen una rica biodiversidad y proporcionan un valioso entorno de cría para peces y crustáceos, señala la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Además, los manglares actúan como una forma de defensa costera natural contra las mareas de tormenta, los tsunamis, el aumento del nivel del mar y la erosión. Sus suelos son sumideros de carbono altamente eficaces, reteniendo grandes cantidades en su interior.
Tres cuartas partes, amenazados
Sin embargo, estos ecosistemas están desapareciendo de tres a cinco veces más rápido que las pérdidas generales de bosques en el mundo, con graves impactos ecológicos y socioeconómicos. Las estimaciones actuales indican que la extensión de los manglares se ha reducido a la mitad en los últimos 40 años.
“Los manglares están en peligro. Se ha calculado que más de tres cuartas partes de los manglares del mundo están amenazados y, con ellos, todos los organismos acuáticos y terrestres que dependen de ellos”, declaró la directora general de la UNESCO.
Audrey Azoulay explicó que, por este motivo, el organismo decidió actuar para protegerlos, así como a otros valiosos ecosistemas, mediante sus geoparques, sus sitios del Patrimonio Mundial y sus reservas de biosfera.
Incomprendidos e infravalorados
Por su parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala que estos ecosistemas son a menudo incomprendidos e infravalorados. Estos bosques costeros se perciben a veces como “zonas sucias” o “muertas”, un terreno baldío que podría talarse en favor de playas de arena, complejos turísticos ostentosos u otras urbanizaciones.
Esta percepción no podría estar más lejos de la realidad. Los manglares son los únicos árboles que prosperan en aguas saladas y mejoran la calidad del agua filtrando nutrientes y sedimentos.
También están llenos de vida: más de 1500 especies de plantas y animales, según el PNUMA, dependen de los manglares. Entre ellas, peces y aves que utilizan las aguas poco profundas bajo los manglares como viveros. Las investigaciones indican ahora que también son fundamentales para mamíferos más grandes, como monos, perezosos, tigres, hienas y perros salvajes africanos.
El PNUMA subraya que proteger estos hábitats y restaurar los dañados también ayuda a combatir el cambio climático, ya que almacenan una media de 1000 toneladas de carbono por hectárea en su biomasa y suelos subyacentes.
Proteger y restaurar
“Los manglares son un ecosistema extraordinariamente diverso e importante que trabaja en tándem con otros ecosistemas marinos, como las praderas marinas y los arrecifes de coral, todos ellos esenciales no sólo para la salud de nuestros océanos y costas y la biodiversidad que albergan, sino también para el bienestar de los seres humanos”, declaró la jefa del Departamento de Medio Marino y Agua Dulce del PNUMA.
“También necesitamos proteger y restaurar nuestros manglares, ya que son un importante hábitat y fuente de suministro de alimentos para muchos pueblos indígenas y comunidades locales de todo el mundo”, añadió Leticia Carvalho.
Los expertos de la agencia determinaron que el principal motor de la pérdida de manglares es el desarrollo costero, ya que estos bosques se talan para dar paso a edificios y piscifactorías.
Boletín de prensa de la ONU
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Interferencia del ser humano impacta en el ambiente oceánico, sugieren estudios
NOTIPRESS.- Inducido por la actividad humana, el cambio climático es un problema para la población mundial y sus ecosistemas. Si bien es cierto que los bosques, selvas, desiertos y tundras han sufrido la acción del hombre, los océanos son sumamente afectados, incluyendo su flora y fauna.
Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) han estudiado por más de 20 años la coloración de los océanos y el impacto del cambio climático. Si bien la actividad natural de los océanos puede generar un cambio en la pigmentación de las aguas oceánicas, el cambio de coloración se debe al cambio climático.
De acuerdo con los científicos, este cambio de coloración afecta al 56 por ciento de las aguas oceánicas, esto representa una porción más grande que la cantidad de tierra en el mundo. Uno de los cambios más notorios han sido los correspondientes a las aguas ubicadas en la línea del ecuador, esto debido a que sus aguas toman una coloración verdosa.
En este punto, los investigadores saben que algo genera el cambio de coloración, por desgracia aún no conocen la verdadera razón que origina el cambio en la coloración de los océanos. Stephanie Dutkiewicz, investigadora de los temas acuáticos, comentó: “Hemos estado ejecutando simulaciones en modelos de computadoras y por desgracia ningún escenario es alentador para nosotros”.
Mientras que los colores verde y azul son los más presentes al momento de analizar el estado de salud de las aguas oceánicas, estos revelan información a los investigadores. La coloración azul significa un bajo nivel de actividad animal dentro de los niveles permitidos, mientras que la coloración verde es debido a la actividad de fitoplancton, esto ayuda a la captación de dióxido de carbono y su purificación del agua.
Dutkiewicz y su equipo analizaron entonces los cambios ocurridos en la coloración de las aguas de los océanos, lo que permitió obtener una mejor perspectiva de la situación. Debido a los problemas y las limitaciones de la vista humana, es como los investigadores recurren a los espectroradiómetros para apreciar los cambios de coloración en las diferentes regiones de los océanos.
Estas imágenes capturadas por los instrumentos se compararon con los resultados obtenidos en simulaciones por computadora y observaron cambios en la pigmentación.
Estos análisis dictaminan que los eventos que están ocurriendo no son situaciones al azar, sino que son situaciones que irán ocurriendo a medida que pasa el tiempo” argumentó Dutkiewicz.
Analizar las poblaciones de plancton y hacer una comparativa con los modelos computacionales han ayudado a generar mayor conciencia sobre la situación ambiental y sus impactos. Esta situación obliga a la investigación y desarrollo de los métodos de análisis con la finalidad de obtener información de buenas fuentes y confiables para futuros cambios climáticos.
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Redacción Ciencia, 12 jul (EFE).- Aunque a simple vista nuestros ojos no lo perciban, en los últimos veinte años el color del océano ha cambiado significativamente y, según un estudio publicado en Nature, esta alteración es consecuencia del cambio climático provocado por el hombre.
El estudio, liderado por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido, apunta que este cambio se ha detectado en el 56% de los océanos del mundo, una extensión mayor que la superficie terrestre total de la Tierra.
El artículo explica que las regiones oceánicas tropicales cercanas al ecuador son cada vez más verdes, lo que indica que los ecosistemas de la superficie también están cambiando, ya que el color del océano es un reflejo “literal” del estado de los organismos y materiales de sus aguas.
Los investigadores todavía no pueden decir exactamente cómo están cambiando los ecosistemas marinos, pero están seguros de que están causados por el cambio climático.
“Hace años que realizo simulaciones que me indican que se van a producir estos cambios en el color del océano. Ver que está ocurriendo ya no es sorprendente, es aterrador”, afirmó Stephanie Dutkiewicz, coautora del estudio e investigadora científica del MIT.
FITOPLANCTON, EL SUSTENTO DE LA VIDA
El color del océano refleja lo que hay en las capas superiores: las aguas de color azul intenso reflejan muy poca vida, y las aguas más verdes indican la presencia de ecosistemas, principalmente de fitoplancton -microbios parecidos a las plantas que abundan en las capas superiores del océano-.
El fitoplancton es la base de la red trófica marina que sustenta organismos progresivamente más complejos, hasta llegar al krill, los peces y las aves y mamíferos marinos, y es también un poderoso músculo en la capacidad del océano para capturar y almacenar dióxido de carbono.
Por ello, los científicos llevan décadas vigilando el fitoplancton en la superficie de los océanos y estudiando cómo responder estas comunidades esenciales al cambio climático, un control que se realiza desde el espacio.
IMÁGENES DE SATÉLITE
Cael y su equipo analizaron las mediciones del color del océano realizadas por el espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) del satélite Aqua, que lleva 21 años vigilando el color del océano y que realiza mediciones en siete longitudes de onda visibles.
Y es que, aunque gran parte del océano parezca azul a nuestros ojos, el color real puede contener una mezcla de longitudes de onda más sutiles, del azul al verde e incluso al rojo.
Cael hizo un análisis estadístico utilizando conjuntamente los siete colores oceánicos medidos por el satélite entre 2002 y 2022. Primero observó cuánto cambiaban los siete colores de una región a otra durante un año, y después, amplió el análisis a dos décadas.
El análisis reveló una tendencia clara, por encima de la variabilidad anual normal.
Para ver si la tendencia está relacionada con el cambio climático, recurrió al modelo de Dutkiewicz de 2019, que simula los océanos de la Tierra en dos escenarios: uno con la adición de gases de efecto invernadero y otro sin.
El modelo de gases de efecto invernadero predijo que una tendencia significativa debería aparecer en 20 años y que esta tendencia debería causar cambios en el color de los océanos en alrededor del 50 por ciento de los océanos superficiales del mundo (exactamente lo que Cael encontró en su análisis de los datos satelitales del mundo real).
“El color de los océanos ha cambiado, porque refleja los cambios en las comunidades de plancton, que afectarán a todo lo que se alimenta de plancton”.
“Esos cambios también cambiará la cantidad de carbono que absorberá el océano, porque los distintos tipos de plancton tienen distintas capacidades para hacerlo. Así que esperamos que la gente se lo tome en serio. No sólo los modelos predicen estos cambios. Ahora podemos verlo, y el océano está cambiando”, advirtió Dutkiewicz.
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La relevancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible radica en que son importantes, ya que tratan de establecer medidas para evitar la destrucción de ecosistemas y recursos finitos que tiene la tierra
Por el Mtro. Alejandro M. Solís Tenorio, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
En la búsqueda de un mundo más justo, equitativo y sostenible, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU se erigen como una guía esencial. Estos objetivos ambiciosos abarcan desde la erradicación de la pobreza hasta la protección del medio ambiente. En este artículo destacamos la relevancia y la urgencia de cumplir con los ODS, teniendo en cuenta tres posibles escenarios y las implicaciones del no-cumplimiento para las generaciones presentes y futuras.
Escenario 1. Visualizamos un mundo donde los países trabajan de manera conjunta y coordinada para alcanzar todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030 o incluso antes. La cooperación internacional es sólida y los líderes políticos están comprometidos con la sostenibilidad. En este escenario, la inversión en tecnología y la innovación impulsan avances significativos en la eficiencia de recursos y la adopción de energías limpias, lo que genera un impacto positivo, tanto en el bienestar humano como en la protección del medio ambiente.
Escenario 2. Algunos países logran avances significativos en el cumplimiento de los ODS para 2030, mientras que otros todavía enfrentan desafíos importantes. La cooperación internacional ha sido efectiva en ciertos aspectos, pero aún existen obstáculos y desacuerdos en otros temas. Aunque la inversión en tecnología ha generado progresos, no ha sido suficiente para abordar todos los problemas de manera integral. En este escenario, es vital fortalecer la conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y seguir trabajando para superar los desafíos restantes.
Escenario 3. El tercer escenario es aquel en el cual los avances hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible son limitados y algunos países incluso experimentan retrocesos en su desarrollo sostenible. La falta de cooperación internacional, la escasa inversión en tecnología sostenible y la falta de compromiso político han impedido el progreso significativo. En este contexto, los desafíos globales como el cambio climático, la pobreza y la desigualdad persisten y se intensifican afectando negativamente a las generaciones presentes y futuras.
El no-cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible tendría implicaciones graves y duraderas para la humanidad y el planeta. El fracaso en abordar la pobreza, la desigualdad y el cambio climático podría desencadenar conflictos y crisis humanitarias, afectando la estabilidad global. Además, la degradación ambiental podría tener efectos irreversibles en los ecosistemas y la biodiversidad, comprometiendo la capacidad del planeta para sostener la vida tal como la conocemos.
Es crucial que la comunidad internacional reconozca la importancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se comprometa a trabajar juntos para lograrlos. La cooperación global, la inversión en tecnología y la voluntad política son fundamentales para construir un futuro sostenible para todos. El cumplimiento de los ODS requerirá sacrificios y esfuerzos, pero el costo de no invertir en un futuro sostenible sería mucho mayor.
Nos encontramos en un momento decisivo en la historia de la humanidad. Es hora de tomar acciones audaces y colectivas para enfrentar los desafíos globales y garantizar un futuro sostenible y próspero para las generaciones presentes y futuras.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible representan una oportunidad única para lograrlo. Como sociedad global, tenemos la responsabilidad compartida de actuar ahora y asegurar un mundo mejor para todos. No podemos darnos el lujo de quedarnos de brazos cruzados mientras los desafíos se agravan. El tiempo para la acción es ahora y juntos podemos construir un futuro más brillante y sostenible para todos.
El autor es director de Posgrados en Energía e Industria de la Universidad Autónoma de Guadalajara
Boletín de prensa
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El Bajío se destaca por su amplia oferta gastronómica y paisajes, conoce tres Pueblos Mágicos ubicados en esta región
NOTIPRESS.- El secretario de Turismo del Gobierno de México, Miguel Torruco Marqués dio a conocer el listado de las 45 entidades de México reconocidas con el nombramiento de Pueblo Mágico. Cabe destacar que previamente existían 132 Pueblos Mágicos, sumadas a las 45 entidades que cumplieron con los requerimientos de la “Convocatoria para el Nombramiento de Pueblos Mágicos”, en total ya son 177. Dentro de estos, se encuentra Villanueva, Zacatecas, a propósito, el equipo de NotiPress recomienda algunos destinos ubicados en la misma región.
La región del Bajío es conocida por su riqueza en ecosistemas, pues a lo largo de Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas y Michoacán se pueden encontrar tanto bosques como zonas semiáridas. Favorecida por su ubicación geográfica, esta zona desarrolló un régimen alimenticio rico en trigo, maíz, cebada, frijol, aguacate, chile, tomate, plátano y café, por lo cual su oferta gastronómica es amplia. Dada la importancia que las rutas de comercio de esta zona han tenido en la historia del país, diferentes localidades son atractivas por sus actividades comerciales, como la minería, joyería, entre otras.
Pinos, Pueblo Mágico de Zacatecas, se ubica a una hora y cuarenta y cinco minutos de la capital del estado y a tres horas de Guanajuato. Por su irregular topografía, el pueblo dedicado a la minería posee paisajes imperdibles. La mayor parte de las construcciones están asociados a la religión, de los cuales destacan la parroquia de San Matías, el templo de Tlaxcalita y el de la Santa Veracruz.
Algunos de los platillos tradicionales de Pinos son condoches, conejo en pinole, gordas de horno y patoles blancos, queso de tuna y panela, melcocha, aguamiel, pulque y mezcal. Entre sus celebraciones destaca la Fiesta de los Faroles (8 de diciembre), en la que las calles se llenan de peregrinos con antorchas y cazuelas de barro con cebo encendido en honor a la Purísima de Concepción.
Villanueva, Zacatecas destaca por sus zonas arqueológicas, el sitio La Quemada es considerado como el asentamiento monumental más relevante en el centro-norte de México. Ello por la red calzadas prehispánicas que unen la Pirámide Votiva a una serie de plazas y salones.
Entre las fiestas de la región se sobresalen, la Feria Regional de Villanueva, donde decenas de peregrinos se reúnen para agradecer a San Judas Tadeo y el Festival Antonio Aguilar, dedicado al natalicio del “Charro de México, Antonio Aguilar Barraza”. Dentro de los platillos tradicionales de Villanueva se encuentran las tortas de chorizo, los condoches de frijol, las gorditas de cuajada de trigo y los dulces de calabaza. Algunas de las cosas por hacer en este lugar son caminatas por haciendas, recorrer la ruta, dedica a Antonio Aguilar y visitar las aguas termales del balneario El Salitre.
Salvatierra, Gunajuato, es un sitio de gran relevancia histórica, en 1644 fue la primera comunidad del estado en obtener la categoría de ciudad. Por lo cual su arquitectura virreinal, con abundantes puentes, haciendas y casonas, son gran distintivo y orgullo del lugar. Algunos de los edificios con más relevancia son el Templo y Convento del Carmen y la Iglesia de Nuestra Señora de la Luz. La Feria de Salvatierra reúne la tradición de la ciudad, pues
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En el Día Mundial de los Océanos, la ONU recuerda la importancia de proteger los océanos y trabajar unidos para restaurar el equilibrio de los ecosistemas marinos. Con el 90% de las poblaciones de grandes peces agotadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos, es necesario contar con los recursos y las regulaciones necesarias para garantizar la gestión sostenible.
Este 8 de junio se conmemora el Día Mundial de los Océanos, una jornada dedicada a la reflexión sobre su importancia y los esfuerzos necesarios para restaurar su equilibrio.
Con el 90% de las poblaciones de grandes peces agotadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos, la ONU hace un llamamiento a trabajar unidos para crear un nuevo equilibrio con el océano que ya no agote su riqueza, sino que restaure su vitalidad y le aporte nueva vida.
“Los océanos albergan la mayor reserva de biodiversidad de nuestro planeta. Los recursos que contienen son el sustento de las comunidades, la prosperidad y la salud humana en todo el mundo”, ha declarado el Secretario General en un mensaje.
Sin embargo, António Guterres advierte que esta biodiversidad está sufriendo los embates de la pesca excesiva, la sobreexplotación y la acidificación de los océanos. “Más de un tercio de las poblaciones de peces se explotan a niveles insostenibles. Estamos contaminando el agua de nuestras costas con productos químicos, plásticos y desechos humanos“, señaló.
Vientos de cambio
Ante esta situación, y con el lema Planeta Océano: las mareas están cambiando, las Naciones Unidas está trabajando con políticos, líderes indígenas, científicos, ejecutivos del sector privado, la sociedad civil, celebridades y jóvenes activistas para darle prioridad a la protección de los océanos.
“Empiezan a soplar vientos de cambio”, declaró Guterres, quien en su mensaje destacó las principales medidas que se han tomado para proteger los océanos de todo el mundo:
En este contexto, el Secretario General aseguró que “cumplir la gran promesa que representan esas iniciativas requiere un compromiso colectivo“.
Océanos indispensables
En este día, las Naciones Unidas recuerdan que los océanos del mundo, su temperatura, química, corrientes y vida, mueven sistemas que hacen que la Tierra sea habitable para la humanidad. Cubren más del 70% del planeta y producen al menos el 50% del oxígeno.
“Los océanos son la base de la vida. Nos aportan el aire que respiramos y los alimentos que comemos. Regulan el clima y el tiempo”, explicó el Secretario General.
Históricamente, los océanos y los mares han sido cauces vitales del comercio y el transporte. Hoy en día, son la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo.
También son clave para nuestra economía, ya que se calcula que en 2030 habrá 40 millones de personas empleadas en industrias basadas en los océanos.
“La humanidad cuenta con los océanos. Pero ¿pueden ellos contar con nosotros? Deberíamos ser el mejor amigo de los océanos. Y, sin embargo, hoy por hoy somos su peor enemigo”, cuestionó Guterres.
Gestión sostenible
La gestión prudente de este recurso esencial es una característica clave del futuro sostenible. Es necesario tomar medidas para revertir el continuo deterioro de las aguas costeras, que no solo está teniendo un efecto adverso sobre el funcionamiento de los ecosistemas y la biodiversidad, sino que también está afectando negativamente a la pesca de pequeña escala.
Además, “el cambio climático inducido por los seres humanos calienta nuestro planeta, perturba los sistemas meteorológicos y las corrientes oceánicas y altera los ecosistemas marinos y las especies que los habitan”, añadió António Guterres.
Las áreas marinas protegidas deben ser administradas de manera efectiva, contar con recursos suficientes y regulaciones que ayuden a reducir la sobrepesca, la contaminación marina y la acidificación de los océanos.
“El Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, orientado a conservar y utilizar sosteniblemente los recursos marinos, pende de un hilo. En este Día Mundial de los Océanos, sigamos impulsando las medidas necesarias”, finalizó.
Boletín de prensa de la ONU
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Mérida, Yucatán, a 6 de enero de 2023.- En su más reciente trabajo titulado “Arribazón de sargazo en la Península de Yucatán: ¿Problema local, regional o mundial?”, la profesora investigadora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Ileana Ortegón Aznar, esclarece varios aspectos sobre este fenómeno, que tiene impactos negativos en los ecosistemas de la región, así como afectaciones económicas.
“Desde el punto de vista ecológico, los grandes volúmenes flotantes de sargazo limitan el paso de luz hacia el fondo marino. Además, al contener altos contenidos de nutrientes, el sargazo eutrofiza las aguas y genera crecimiento de microalgas lo que afecta a los arrecifes coralinos y puede ocasionar mortalidad de colonias de coral y alteraciones en la composición en los ecosistemas de pastos marinos”, advirtió.
En entrevista, detalló que la manera coloquial se utiliza el término sargazo para referirse a toda macroalga o pasto marino que llega a la playa.
“Las especies que constituyen las arribazones de macroalgas pertenecen al género Sargassum, C. Agardh, y son de la clase Phaeophyceae que, aunque es de las más comunes y frecuentes, no es el único componente del sargazo. Sin embargo, fue su nombre genérico el que se usó para nombrarlas de manera coloquial”, explicó.
Aclaró que el arribo de sargazo a las costas peninsulares ocurre de forma periódica, y comprende la acumulación de grandes cantidades de biomasa de macroalgas en playas arenosas y rocosas o en la entrada de estuarios y marismas; aunque estas pueden permanecer en flotación en el mar o depositarse en el litoral.
“Los arribazones pueden tener orígenes diferentes dependiendo del área geográfica y las condiciones meteorológicas, oceanográficas y ecológicas del sitio. Entre las condiciones ambientales más importantes que promueven su desplazamiento en el mar son los frentes fríos; el viento, tanto la velocidad como la dirección; el oleaje, la marea y corrientes litorales”, detalló.
En la Península de Yucatán, dijo, estos eventos son ocasionados por las condiciones ambientales oceanográficas, ya que suceden durante el desplazamiento de frentes fríos provenientes de latitudes medias hacia el Golfo de México.
Por otra parte, comentó que, desde el punto de vista socioeconómico, los arribazones de sargazo afectan al turismo porque impiden el acceso a las playas y por la descomposición que genera malos olores y proliferación de bacterias; además, desde la perspectiva del turista promedio, el sargazo es basura que disminuye la belleza escénica del paisaje, concluyó.
Boletín de prensa
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Un viaje por 8 países para encontrar los factores que determinan el origen de algunas enfermedades
Científicos exponen la relación entre la salud humana y la de los ecosistemas
Estreno: sábado 29 de octubre a las 18:30 horas
En los últimos 30 años se han acelerado las pandemias y el antídoto más poderoso para detenerlas es la preservación de la biodiversidad. Ese es el tema central de La fábrica de pandemias, una producción francesa que pone en evidencia el análisis del origen de algunas enfermedades.
La pantalla del Once proyectará este documental de Marie-Monique Robin, en compañía de la actriz Juliette Binoche, en el que realizaron un recorrido por ocho lugares del planeta donde varios grupos de científicos investigan enfermedades como el ébola, en África; nipah, en Asia; zika, en Brasil; el chikungunya; el MERS, entre otros.
En 2020, con el inicio de la pandemia por COVID 19, los científicos pudieron determinar el diagnóstico: la salud humana y la de los ecosistemas están vinculadas. Así, preservar la biodiversidad significa proteger nuestra salud.
No te pierdas cada detalle de este interesante viaje sobre salud humana y de nuestros ecosistemas en La fábrica de pandemias, el sábado 29 de octubre a las 18:30 horas, por la señal 11.1, y en su plataforma https://canalonce.mx/.
Boletín de prensa
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Sídney (Australia), 8 sep (EFE).- El océano Antártico ha absorbido en los últimos cincuenta años la mayor parte del exceso del calor que se queda atrapada en la atmósfera, mitigando así los efectos de la crisis climática, aunque a un coste muy alto para los ecosistemas, informan este jueves fuentes académicas.
Los océanos han contribuido desde hace 50 años a reducir los efectos del calentamiento global porque absorben el 40 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono del planeta, así como el 90 por ciento del exceso del calor que se queda atrapada en la atmósfera.
En este escenario, “el océano Antártico domina la captación de calor de los océanos, en parte por la configuración geográfica de la región”, dijo hoy el autor del estudio Maurice Huguenin, en un comunicado de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW).
Una de las razones es que los vientos occidentales que soplan con fuerza en la Antártida provocan desplazamientos de las aguas frías a la superficie y las empuja hacia el norte, donde absorben grandes cantidades de calor de la atmósfera antes de hundirse a las profundidades marinas cerca de la Corriente Circumpolar Antártica.
Pero el estudio, publicado la víspera en la revista científica Nature Communications, advierte de que este calentamiento de las aguas ya está pasando una factura muy cara a la humanidad dado que se necesitarán miles de años para que ese calor atrapado en sus profundidades marinas sea devuelto a la atmósfera terrestre.
“El nivel del mar aumenta, los glaciales se derriten, los ecosistemas experimentan estrés por el calor y aumenta la frecuencia de los eventos climáticos extremos”, recordó en el comunicado el coautor del estudio, el académico de la UNSW Matthew England, al referirse al impacto del calentamiento de los océanos.
Los científicos también prevén que pesar de que el océano Antártico representa un 15 % de la masa oceánica, su calentamiento producirá alteraciones de la red alimentaria de esa región, así como el derretimiento de las plataformas de hielo de la Antártida, entre otros hechos que repercutirán en todo el mundo.
Lo que es preocupante para los científicos de este estudio, que analiza el rol de los océanos en la absorción del calor en los últimos 50 años mediante modelos, es que las proyecciones científicas más optimistas -con un escenario de calentamiento global de 1,5 grados-, suponen un calentamiento de los océanos.
Por ello, Huguenin advirtió de que si el océano Antártico “sigue siendo el responsable de la mayor parte de la captación de calor hasta el año 2100, podríamos ver cómo su calor aumenta hasta siete veces más de lo que ya hemos visto hasta hoy”.
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Mientras el planeta siga calentándose, aumentarán los incendios forestales y la contaminación que conllevan, lo que impactará el bienestar de las personas y afectará el entorno natural a medida que los contaminantes del aire se asienten de la atmósfera a la superficie de la Tierra, señala la agencia meteorológica de la ONU.
El aumento en la frecuencia, intensidad y duración de las olas de calor sumado al mayor número de incendios forestales que éstas provocan empeorará la calidad del aire, dañando la salud humana y los ecosistemas, anticipó este miércoles la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En un nuevo informe, el organismo prevé que la interacción entre la contaminación y el cambio climático supondrá un castigo adicional para cientos de millones de personas
El Boletín de la OMM sobre la calidad del aire y el clima edición 2022 se centra en el impacto del humo de los incendios forestales en 2021, cuando las condiciones cálidas y secas exacerbaron la propagación de esos incendios en el oeste de Norteamérica y Siberia, produciendo subidas generalizadas en los niveles de partículas pequeñas nocivas para la salud.
El secretario general de la OMM señaló que mientras el planeta se caliente, aumentarán los incendios forestales y la contaminación del aire asociada, incluso en un escenario de bajas emisiones.
“Además de los impactos en la salud humana, esto afectará a los ecosistemas a medida que los contaminantes del aire se asienten de la atmósfera a la superficie de la Tierra”, dijo Petteri Taalas.
Penalización climática
Agregó que lo que se ha observado hasta ahora es un anticipo del futuro porque se prevé un aumento aún mayor en la frecuencia, intensidad y duración de las olas de calor, “lo que podría conducir a una peor calidad del aire, un fenómeno conocido como “penalización climática”, dijo.
La OMM definió la penalización climática como el efecto de amplificación del cambio climático en la producción de ozono troposférico, que impacta negativamente en el aire que respiran las personas.
Las regiones donde se proyecta una mayor penalización climática, principalmente en Asia, albergan aproximadamente una cuarta parte de la población mundial.
El cambio climático podría exacerbar los episodios de contaminación por ozono superficial, lo que tendría efectos perjudiciales para la salud de cientos de millones de personas.
Interconexión
El estudio explicó que la calidad del aire y el clima están interconectados porque las especies químicas que conducen a la degradación de la calidad del aire normalmente se emiten junto con los gases de efecto invernadero. Así, los cambios en uno inevitablemente provocan cambios en el otro.
El uso de combustibles fósiles, una de las principales fuentes de dióxido de carbono (CO2)), también emite óxido de nitrógeno, que puede reaccionar con la luz solar y dar lugar a la formación de aerosoles de ozono y nitrato.
La calidad del aire, a su vez, afecta la salud del ecosistema a medida que los contaminantes del aire se depositan desde la atmósfera hasta la superficie de la Tierra. La deposición de nitrógeno, azufre y ozono puede afectar negativamente los servicios que brindan los ecosistemas naturales, como el agua limpia, la biodiversidad y el almacenamiento de carbono, y puede afectar el rendimiento de los cultivos en los sistemas agrícolas.
El Sexto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) incluye escenarios sobre la evolución de la calidad del aire a medida que se incrementen las temperaturas en el siglo XXI.
El nivel de ozono aumentaría en Asia
El Panel estima que si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen siendo altas, de modo que las temperaturas globales aumenten 3°C desde los niveles preindustriales para la segunda mitad del siglo XXI, los niveles de ozono en la superficie aumentarían en áreas muy contaminadas, particularmente en Asia.
Esto incluye un aumento del 20% en Pakistán, el norte de India y Bangladesh, y un 10% en el este de China. La mayor parte del aumento del ozono se deberá a un incremento en las emisiones de la quema de combustibles fósiles, pero una quinta parte sería consecuencia del cambio climático, probablemente debido al incremento de las olas de calor, que amplifican los episodios de contaminación del aire. Así, las olas de calor, cada vez más comunes debido al cambio climático, continuarían provocando una degradación de la calidad del aire.
Las emisiones neutrales limitarían la contaminación por ozono
Un escenario mundial de emisiones neutrales en carbono limitaría la ocurrencia futura de episodios extremos de contaminación del aire por ozono. Esto se debe a que los esfuerzos para mitigar el cambio climático mediante la eliminación de la quema de combustibles fósiles también eliminarían la mayoría de las emisiones de gases precursores del ozono causadas por los humanos.
Las partículas, comúnmente denominadas aerosoles, tienen características complejas que pueden enfriar o calentar la atmósfera. Las altas cantidades de aerosoles, y por lo tanto la mala calidad del aire, pueden enfriar la atmósfera al reflejar la luz solar de regreso al espacio o al absorber la luz solar en la atmósfera para que nunca llegue al suelo.
Boletín de prensa de la ONU
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Según expertos, evaluar los efectos del cambio climático requiere una perspectiva de largo plazo
NOTIPRESS.- Evaluar los efectos del cambio climático, derivados de un aumento en la frecuencia de eventos abruptos y cambios graduales, requiere una perspectiva de largo plazo, menciona un comunicado de la Universidad de California (UC) en Santa Bárbara. Por esto, la Red de Investigación Ecológica a Largo Plazo (LTER, por sus siglas en inglés) ha observado, durante sus 40 años de antigüedad, ambos fenómenos de cambio en sus 28 sitios de investigación. De esta forma, publicaron recientemente en la revista científica BioScience una serie de artículos sobre cómo varios ecosistemas están respondiendo a un clima cambiante.
Dicha serie de estudios cubre principalmente cuatro ecosistemas: bosques y aguas dulces, tierras áridas, costas y océanos. En cuanto a las costas, el comunicado menciona el caso del sitio de investigación de la LTER en la costa de Santa Bárbara, California. Allí la investigación determinó que el cambio climático afecta la productividad de los bosques submarinos de algas, a través del aumento de la temperatura del mar y tormentas. Esto altera la capacidad de las algas efímeras para establecerse y atraer comunidades de peces y otras criaturas quienes habitan estos bosques.
En el caso del sitio de investigación en el arrecife de coral de Moorea, en la Polinesia Francesa, el cambio climático afecta principalmente a la temperatura del agua. Esto a su vez ocasiona el blanqueamiento de los corales, matándolos por el estrés del calor al perder sus algas simbióticas, destruyendo en consecuencia el hábitat de organismos que los habitan. En este sentido, una investigación publicada en la revista PLoS Climate, a principios de 2022, advierte de los peligros del aumento de la temperatura para los corales, aún dentro del límite de 1.5 grados Celsius establecido en el Acuerdo de París. Según el estudio, en este escenario, solo el 0.2% de los arrecifes tendría tiempo suficiente de recuperarse de un blanqueamiento entre olas de calor.
Otras de las investigaciones de la LTER publicadas en BioScience se concentran en la ecología de las tierras áridas. En estos ecosistemas el aumento de temperaturas del cambio climática, combinado con ciclos de sequía de varias décadas han incrementado las inundaciones e incendios forestales. Esto a su vez altera la disponibilidad de recursos, la estructura de la comunidad vegetal y se exacerba la contaminación del aire en casos severos de incendios forestales.
Respecto a bosques y agua dulce, los hallazgos discuten efectos del cambio climático sobre la composición de las especies y la función del ecosistema. Estos efectos ocurren mediante interacciones complejas, efectos en cascada y cambios en los procesos de los ecosistemas, como la producción primaria, el almacenamiento de carbono y el ciclo del agua. En el caso de los océanos, el cambio climático está provocando cambios físicos relativamente amplios en los ecosistemas pelágicos. Esto principalmente a través de la temperatura del mar, la estratificación alterada de las capas superficiales y la disminución del hielo marino, con respuestas ecológicas variadas.
A principios de 2022, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) advirtió que el planeta se acerca al daño irreversible a causa del calentamiento global. Según el panel, cada vez son más frecuentes fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, sequías e inundaciones, complicando cada vez más su control. Por esto, el IPCC llama a tomar medidas urgentes y ambiciosas, entre ellas, restaurar los ecosistemas degradados y también conservar más eficientemente los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce.
Estudiar los efectos del cambio climático permite predecir de mejor forma sus consecuencias y cómo evitarlas, mientas ayuda a una mejor preparación para enfrentar sus diversos retos. Sin embargo, ante la posibilidad de enfrentar consecuencias irreversibles, los especialistas llaman a una acción más eficaz y ambiciosa en torno a la conservación de los diferentes ecosistemas del planeta.
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LISBOA, 29 jul (Reuters) – Las altas temperaturas registradas este mes en toda Europa han desencadenado una prolongada ola de calor marina en el mar Mediterráneo, la cual podría asolar los ecosistemas y acabar con varias especies en las próximas semanas, según han advertido los científicos.
El calor extremo de las últimas semanas ya ha provocado incendios descontrolados y ha provocado miles de muertes relacionadas con el calor en Europa, pero ese calor no se ha limitado a la superficie terrestre.
El aire más cálido, junto con los cambios en las corrientes oceánicas y la estabilidad de la superficie del mar, han calentado las aguas costeras del Mediterráneo varios grados centígrados por encima de la temperatura media para esta época del año, de 24°C a 26°C.
La agencia meteorológica española AEMET informó el viernes de que las aguas entre las Islas Baleares y la costa italiana están hasta 5 ºC más calientes que en la misma época del año pasado, al tiempo que advirtió de que las temperaturas alrededor de la costa española serían entre 3ºC y 4ºC más altas hasta al menos mediados de agosto.
La autoridad portuaria española señaló en un comunicado que las aguas del cabo de Gata, en el extremo sureste del país, registraron el lunes una temperatura récord en diez años, de casi 28°C.
Las olas de calor marinas, mucho menos investigadas que las terrestres, son cada vez más frecuentes debido al cambio climático, lo que añade presión a unos ecosistemas que ya sufren la sobrepesca y la contaminación por plásticos.
El científico oceánico Jean-Pierre Gattuso dijo a Reuters que una medición del agua cerca de la ciudad costera francesa de Niza mostró una temperatura de 29,2°C el 25 de junio, unos 3,5°C más en comparación con el mismo día del año pasado.
“Se trata de un récord absoluto desde al menos 1994 y muy probablemente antes”, dijo.
“El océano y el mar son una especie de esponja para el calor”, explicó Gattuso. Las olas de calor marinas también azotaron el Mediterráneo entre 2015 y 2019, provocando la muerte a gran escala de organismos marinos, según un estudio realizado esta semana por el Instituto de Ciencias del Mar de España.
La ola de calor de este año es peor
“Es más duradera, y también la magnitud es mayor”, dijo Gattuso. La mortandad “probablemente llegará más tarde, en agosto”.
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La frontera oceánica del sur de Kenya y Tanzania está salpicada de espesos setos de manglares —sumideros indispensables de carbono y espectaculares ecosistemas repletos de vida— que parecen flotar como en un sueño sobre los lechos de los arroyos y las marismas. Estos robustos árboles y arbustos, así como las comunidades que dependen de ellos, forman parte de los planes de restauración respaldados por la ONU, que también contribuyen a reducir la pobreza y a crear resiliencia económica.
Los manglares son bosques marinos tropicales con un enorme potencial. Protegen las costas de la erosión y las mareas de tormentas; proporcionan alimento y refugio a una gran variedad de fauna y flora silvestres, así como hábitats de cría para peces y crustáceos valiosos para su uso comercial.
Además, son unos grandes aliados de la lucha contra el cambio climático. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) calcula que los manglares de todo el mundo retienen en sus raíces, troncos y suelo hasta 22,8 millones de toneladas de carbono cada año.
A pesar de prestar inestimables servicios a las personas y al planeta, los manglares se encuentran en una situación crítica. Junto con los efectos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar y de las temperaturas, los manglares se están agotando porque su madera es valiosa y apreciada por las comunidades costeras ya que es la fuente principal de material para la construcción, el combustible e incluso las medicinas. La urbanización costera desenfrenada y las prácticas agrícolas y acuícolas insostenibles completan la larga lista de peligros para estos bosques marinos.
La ONU y Kenya
Sin embargo, aún hay esperanza para los manglares. En ocasiones, colaboraciones innovadoras pueden conducir a soluciones sostenibles. En los últimos tres años, las agencias de la ONU, el gobierno de Kenya y otros socios han trabajado conjuntamente para poner en marcha varios proyectos de conservación de base comunitaria. Su objetivo es ayudar a combatir la pobreza y proporcionar beneficios climáticos y de biodiversidad, al tiempo que contribuyen a desarrollar la capacidad de recuperación económica de las comunidades de la costa keniana.
Junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el Servicio Forestal de Kenya, el Instituto de Investigación Marina y Pesquera de Kenya y sus socios inauguraron recientemente el proyecto Vanga Blue Forests en la bahía costera de Vanga, en el condado de Kwale (al sur de Mombasa), una iniciativa revolucionaria para intercambiar créditos de carbono para la conservación y restauración de manglares.
En la cercana bahía de Gazi, existe un proyecto hermano de Vanga Blue. Lanzada hace dos años, esta iniciativa pionera, conocida como Mikoko Pamoja (“Manglares juntos”), recaudó dinero vendiendo créditos de carbono a personas y organizaciones que quieren reducir su huella de carbono, a través de la organización benéfica escocesa ACES. Este proyecto apoya la plantación y conservación de manglares. Los pagos por el “carbono de los manglares” se utilizan en beneficio de la comunidad local.
Mwanarusi Mwafrika, coordinador de Vanga Blue Forests, dijo a Noticias ONU que “algunas especies animales como los dugongos (mamíferos marinos que son primos de manatíes igualmente amenazados) que habían comenzado a desaparecer, ahora ya están regresando. Además, los pescadores reportaron mayores capturas. Esto se debe a los esfuerzos de conservación del medio ambiente que empleamos con los lugareños”.
Bosques azules, crecimiento verde
El proyecto Vanga Blue Forests se centra en la conservación de los árboles, ya que los habitantes de la zona ya han sembrado los plantones. Se beneficiarán unos 9000 habitantes de los pueblos de Vanga, Jimbo y Kiwegu. Las poblaciones forman “VAJIKI”, una asociación forestal comunitaria que supervisa 460 hectáreas de terreno forestal. La aldea de Jimbo ha creado un vivero con 30.000 plantones de mangle viables.
Harith Mohamed, secretario de la asociación comunitaria, cree que la conservación es el rumbo que se debe tomar.
“Si se altera el equilibrio [entre] los manglares y los bosques terrestres, habrá consecuencias”, explicó, “los bosques terrestres están arriba, y los manglares están bajo el agua. Así que es importante conservar estos bosques para evitar las inundaciones, porque si el nivel del mar sube, las granjas ya no podrán ser explotadas “.
El proyecto Vanga Blue Forests apoya, asimismo, los procesos de desarrollo sostenible de la comunidad que abordan las necesidades de educación, salud, y agua y saneamiento. En el poco tiempo transcurrido desde su puesta en marcha, se han restaurado unas cinco hectáreas de manglares, y se espera que se sigan restituyendo más.
Además, Vanga Blue ha puesto en marcha proyectos vitales que mejorarán la vida y los medios de subsistencia de miles de personas en las comunidades pesqueras locales; tales como la rehabilitación de una guardería y la renovación de un hospital con nuevos equipos. También se han puesto en marcha iniciativas locales de saneamiento.
Las ciudades, las personas y los océanos
Al igual que los océanos, los manglares son enormes sumideros de carbono. En comparación con otros árboles y bosques terrestres, un solo manglar tiene una capacidad diez veces mayor de absorber las emisiones de carbono. Proteger y mejorar estos bosques elimina y mantiene el dióxido de carbono fuera de la atmósfera.
Asimismo, promueven la resiliencia al cambio climático, según Florian Lux del proyecto Go Blue, una tercera iniciativa de crecimiento azul que se está llevando a cabo a lo largo de la costa sur de Kenya, y que está siendo implementada por el PNUMA y ONU Hábitat y patrocinada por la Unión Europea.
“Me complace que el proyecto Go Blue tenga un componente de restauración de manglares. La protección y el uso sostenible de los manglares ofrece muchas posibilidades de conservar el medio ambiente y de beneficiar a los habitantes locales. El secuestro de carbono proporciona adaptabilidad a las comunidades a lo largo de los océanos”, señaló.
El proyecto Go Blue, una iniciativa conjunta para impulsar una economía azul sostenible en los seis condados de la región costera de Kenya, se centra en ayudar a las ciudades y pueblos a hacer frente a los efectos del cambio climático. Entre otras cosas, el programa quiere aprovechar importantes recursos costeros y marinos para dar trabajo a más de 3000 jóvenes y mujeres.
Goodluck Mbaga, ecologista y conservacionista del condado de Kilifi, reitera la importancia de mantener sanos los océanos.
“Es necesario optar por la conservación, especialmente del medio ambiente marino. Los océanos tienen un gran potencial como medio de subsistencia alternativo. Hay más que cosechar del océano que de las actividades terrestres en la vida”, dijo, haciéndose eco de la petición del PNUMA de que en lugar de agotar o contaminar estos recursos, debemos desarrollar formas de aprovecharlos y protegerlos.
Boletín de prensa de la ONU
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