A pesar de los estudios históricos y la ciencia lo confirman, hay quien todavía no cree que esta sea una realidad que afecta a nuestro planeta
Por el Dr. Mauricio Alcocer Ruthling, académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
El cambio climático es una realidad, una incómoda que muchas personas niegan por diversos factores, puede ser disonancia cognitiva, intereses políticos y económicos o sólo por no estar de acuerdo por razones personales o psicológicas.
Sin embargo, este fenómeno se puede demostrar y aquí comparto algunos argumentos para explicar estos cambios que están causando efectos en la vida diaria, la industria y el planeta.
¿Qué es el cambio climático?
El cambio climático es un fenómeno directamente relacionado con la energía, específicamente, la energía que se acumula en la atmósfera por la presencia de gases de efecto invernadero, energía térmica que vamos aumentando, resultado del uso de energía para todas nuestras actividades diarias y de los bienes y servicios que utilizamos, todo producto de la quema de combustibles fósiles.
Este fenómeno trae impactos como el derretimiento de glaciares, aumento en el nivel de mar, fenómenos meteorológicos extremos y la pérdida de la biodiversidad, lo que afecta a los seres que habitan el planeta.
El cambio climático es real
Aquí te comparto estos datos y definiciones que nos demuestran que el cambio climático es real.
1.- El papel de los gases de efecto invernadero (GEI): La atmósfera regula la temperatura de la Tierra gracias a los GEI, como el CO2 y el vapor de agua.Sin estos gases, la temperatura promedio sería de -19 °C, lo que haría al planeta inhabitable.
Estudios de Fourier, Tyndall y Arrhenius demostraron que estos gases son esenciales para mantener una temperatura promedio de 15 °C.
2.- Impacto de la actividad humana desde la era industrial: La quema de combustibles fósiles ha incrementado significativamente las concentraciones de CO2 en la atmósfera.
Este cambio ha alterado el balance térmico del planeta, aumentando la energía almacenada en la atmósfera.
3.- Evidencia científica histórica: El análisis del aire atrapado en el hielo de los polos demuestra que el CO2 ha regulado la temperatura terrestre durante millones de años.
Las fluctuaciones históricas del clima han sido graduales, a diferencia de la rápida tasa de calentamiento registrada en las últimas décadas.
4.- Fenómenos extremos asociados al cambio climático: El calentamiento global propia que los fenómenos naturales se presenten con más intensidad, frecuencia y se anticipen.
5.- Consecuencias de ignorar el cambio climático: En 2024, se superó el límite de 1.5°C acordado en el Acuerdo de París, un umbral crítico para evitar extremos climáticos peligrosos. Mantener un estilo de vida basado en combustibles fósiles amplifica los riesgos para el sistema climático global.
La ciencia confirma que el cambio climático es real, acelerado por la actividad humana y que requiere acciones inmediatas.
Boletín de prensa
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La organización responde así a los decretos presidenciales firmados por Donal Trump que ponen fin a la participación estadounidense en la Organización Mundial de la Salud y el Acuerdo de París. La salida repercutirá negativamente para todo el mundo, incluidos los estadounidenses.
Las agencias de la ONU respondieron este martes a las órdenes ejecutivas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que retiran a Estados Unidos de los foros internacionales en los que se discuten cuestiones clave como la lucha por el bienestar y la salud pública o el combate contra los cada vez más graves efectos del cambio climático.
Además, en el caso de la OMS, desempeñan una labor humanitaria crucial en lugares como Gaza, Yemen, Afganistán y Sudán.
El lunes Trump firmó sendos decretos gubernamentales que ponen fin a la participación de Estados Unidos en la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a su adhesión al Acuerdo Climático de París.
Las agencias de la ONU han destacado el enorme impacto negativo potencial en la salud pública y los esfuerzos para frenar el calentamiento global que tendrá la retirada estadounidense de esos foros.
“La OMS lamenta el anuncio de que Estados Unidos de América tiene intención de retirarse de la Organización (…) Esperamos que Estados Unidos lo reconsidere”, declaró su portavoz, horas después del decreto que pone fin a la participación estadounidense en la agencia de la ONU para dentro de 12 meses.
Estados Unidos ingresó en la OMS en 1948 tras la aprobación de una resolución conjunta en ambas cámaras del Congreso. La resolución exige que el país notifique con un año de antelación su decisión de abandonar la Organización.
El presidente Trump tomó medidas para retirarse de la OMS en 2020 durante su primer mandato, pero el Gobierno de Biden dio marcha atrás.
En respuesta a las preguntas de los periodistas en Ginebra, Jasarevic insistió en que la OMS “desempeña un papel crucial en la protección de la salud y la seguridad de la población mundial, incluidos los estadounidenses, abordando las causas profundas de las enfermedades, construyendo sistemas de salud más sólidos, y detectando, previniendo y respondiendo a las emergencias sanitarias, incluidos los brotes de enfermedades, a menudo en lugares peligrosos donde otros no pueden ir”.
Por otro lado, tras ser preguntado por el impacto de la retirada estadounidense, Jasarevic señaló que había visto la orden ejecutiva “esta mañana como todo el mundo” y que sería necesario un análisis más detallado. Sin embargo, confirmó que Estados Unidos era el mayor donante de la OMS, con un 18% del presupuesto de la organización en 2023.
Por su parte, la doctora norteamericana Maria Van Kerkhove, directora de Gestión de Amenazas Epidémicas y Pandémicas de la OMS, dijo en un tweet que “como orgullosa estadounidense”, compartía “el pesar por la decisión de EE.UU. de retirarse de la Organización”.
“Yo y mis increíbles colegas de todo el mundo estamos centrados en ayudar a las personas a las que servimos. Más decididos que nunca”, agregó.
También en Ginebra, el portavoz de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Jens Laerke, destacó la importancia de la agencia sanitaria de la ONU. Este afirmó que “el mundo vive más tiempo, más sano y quizás un poco más feliz gracias a la OMS”.
Laerke explicó que “la OMS está en lugares donde otros no pueden ir”, entre ellos Gaza, Yemen, Afganistán y Sudán. “Es una parte indispensable del sistema humanitario internacional”, insistió.
Con respecto a la salida estadounidense del Acuerdo de París de 2015, dirigentes y portavoces de las agencias de la ONU que luchan contra el cambio señalan que las razones de ese tratado internacional son “bastante obvias” tanto en lo humano como en lo económico, y que a Estados Unidos le saldrá caro ignorarlo.
El secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático explicó en la red social Linkedin que “el auge mundial de las energías limpias, por valor de dos billones de dólares sólo el año pasado y en rápido aumento, es el negocio de crecimiento económico de la década.
“Adoptarlas significará enormes beneficios, millones de puestos de trabajo y aire limpio. Ignorarlas sólo enviará toda esa enorme riqueza a las economías competidoras, mientras que los desastres climáticos como las sequías, los incendios forestales y las supertormentas siguen empeorando, destruyendo propiedades y empresas, afectando a la producción nacional de alimentos e impulsando la inflación de precios en toda la economía”, dijo Simon Stiell.
Y añadió que “la puerta al Acuerdo de París sigue abierta”, y la ONU “agradece el compromiso constructivo de todos y cada uno de los países”.
Desde la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la portavoz Clare Nullis también reaccionó a la promesa del presidente Trump de abandonar el Acuerdo de París de 2015, adoptado universalmente, y que supone un regreso inmediato a las políticas de su primer mandato presidencial, que finalizó en enero de 2021.
La necesidad de que todos los países respeten el acuerdo es “bastante obvia”, dijo, dado que 2024 “fue el año más caluroso jamás registrado”, con cerca de 1,55°C por encima de la era preindustrial. “Es el reto que define nuestro tiempo”, insistió Nullis.
Tras los devastadores y mortíferos incendios forestales que asolaron recientemente Los Ángeles, Nullis también señaló que Estados Unidos había sufrido la mayor parte de las pérdidas económicas mundiales por riesgos meteorológicos, climáticos e hidrológicos.
“Ha sufrido 403 catástrofes meteorológicas y climáticas desde 1980 en las que los daños y costes globales alcanzaron o superaron los 1000 millones de dólares. El coste total de estos 403 sucesos supera los 2915 billones de dólares, según cifras de Estados Unidos”, afirmó la portavoz.
Sus comentarios se hicieron eco junto con los de la Oficina del Portavoz de la ONU a última hora del lunes, que respondió a las preguntas de los periodistas insistiendo en que “la transformación prevista en el Acuerdo de París ya está en marcha”, con una “revolución energética” renovable que ofrece oportunidades de empleo y prosperidad.
“El Secretario General confía en que las ciudades, los estados y las empresas de Estados Unidos, junto con otros países, sigan demostrando visión y liderazgo trabajando por un crecimiento económico bajo en carbono y resistente que cree empleos y mercados de calidad para la prosperidad del siglo XXI”, prosigue el comunicado.
“Es crucial que Estados Unidos siga siendo líder en cuestiones medioambientales”, concluye este.
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Aumento de temperatura en 2024 alerta sobre el avance del cambio climático y la urgencia de nuevas medidas
Notipress.- La temperatura media del planeta superó por primera vez el umbral de 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales, según informaron diversas organizaciones internacionales en 2024. El dato generó preocupación, ya que esta cifra es considerada un límite crítico en el contexto del Acuerdo de París. Dicho acuerdo se firmó en 2015 por cerca de 200 países con el objetivo de evitar los peores impactos del calentamiento global.
Si bien este aumento corresponde únicamente a un año, los científicos señalaron que podría ser un indicio de una tendencia acelerada hacia el calentamiento global sostenido. Gail Whiteman, investigadora de la Universidad de Exeter, afirmó: “Estamos llegando al final de lo cual creíamos que era una zona segura para la humanidad”. Este cruce del límite subraya la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El incremento del uso de combustibles fósiles, a pesar del crecimiento de fuentes de energía renovable como la solar y la eólica, continúa impulsando el aumento de emisiones de carbono, los cuales alcanzaron niveles récord en 2023. Según António Guterres, secretario general de la ONU: “Significa que tenemos que luchar aún más para volver a encaminarnos, los líderes deben actuar ahora”. Guterres instó a acelerar las acciones políticas y tecnológicas para frenar el calentamiento.
Carlos Nobre, climatólogo de la Universidad de São Paulo, sugirió que el aumento consecutivo de las temperaturas en 2023 y 2024 podría ser una señal de aceleración del cambio climático. “Quizás debamos reducir las emisiones aún más rápido”, indicó, advirtiendo sobre la posibilidad de que el cambio climático esté avanzando a mayor velocidad de lo previsto.
Los expertos coinciden en que el límite de 1,5 °C no es una barrera absoluta, sino un indicador simbólico y político de los riesgos climáticos. Katharine Hayhoe, científica jefa de The Nature Conservancy, subrayó que el promedio decenal actual indica un calentamiento de 1,3 °C y podrían pasar años antes de superar definitivamente el límite de 1,5 °C. Según los investigadores cada fracción de grado cuenta, y superar el límite durante un año no implica un fracaso irreversible si se logran reducir las emisiones a tiempo.
El anuncio se da en un contexto donde se preparan importantes reuniones internacionales sobre cambio climático. Los expertos temen que el cruce de este umbral pueda generar complacencia entre ciertos sectores escépticos, quienes podrían restar importancia a la gravedad de la situación climática actual. Whiteman advirtió: “Las personas podrían pensar ¿Ven? Cruzamos esa línea y no pasó nada’”. Sin embargo, los científicos recalcan que los efectos del calentamiento se acumulan de manera paulatina y persistente.
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El año cerró la década más cálida que se haya documentado, informa la agencia meteorológica. El calentamiento global es una dura realidad, pero el objetivo a largo plazo no está perdido, dice António Guterres. “Todavía hay tiempo para evitar lo peor de la catástrofe climática”, enfatiza.
El 2024 fue el año más caliente que se haya registrado, con una temperatura media global de la superficie 1,55ºC por encima de los niveles preindustriales, confirmó este viernes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La agencia de la ONU precisó que el pasado habría sido el primer año con una temperatura media global 1,5 °C superior al promedio de 1850-1900.
Además, últimos diez años han estado todos entre los diez primeros más calientes, en una racha extraordinaria de temperaturas récord, hilando la década más caliente desde que se llevan registros.
Al conocer las revelaciones de hoy, el Secretario General de la ONU dijo que el calentamiento global es una dura realidad.
En un comunicado, António Guterres afirmó que pese a haberse superado el límite de 1,5 grados marcado por el Acuerdo de París para fines de siglo, “no todo está perdido”..
Lo que quiere decir es que debemos luchar aún más para encaminarnos, apuntó, y agregó que se requiere una acción climática pionera en 2025.
“Los gobiernos deben presentar nuevos planes nacionales de acción climática este año para limitar el aumento de la temperatura global a largo plazo a 1,5 °C y ayudar a los más vulnerables a hacer frente a los devastadores impactos climáticos”, explicó.
Según Guterres, “todavía hay tiempo para evitar lo peor de la catástrofe climática” si los líderes actúan ahora.
La información de la OMM se basa en fuentes múltiples de datos fidedignos que siguen el estado y variaciones del clima, como el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio, la Agencia Meteorológica de Japón, la NASA, y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, entre otros.
La secretaria general de la Organización Meteorológica recordó que las temperaturas récord de los últimos diez años han supuesto un clima devastador y extremo, el aumento del nivel del mar y el derretimiento del hielo, “y todo ello ha sido impulsado por niveles récord de gases de efecto invernadero debidos a las actividades humanas”, recordó Celeste Saulo.
En consonancia con António Guterres, Saulo destacó que un año de aumento de más de 1,5 °C no significa que no se pueda cumplir con los objetivos de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París, ya que éstos se miden a lo largo de décadas no de un año individual.
“Sin embargo, es esencial reconocer que cada fracción de grado de calentamiento importa, se trate de un nivel inferior o superior a 1,5 °C de calentamiento, cada incremento adicional del calentamiento global aumenta los impactos en nuestras vidas, nuestras economías y nuestro planeta”, abundó.
La OMM precisó que los picos de temperatura a corto plazo que se producen en el contexto de un calentamiento a largo plazo pueden ser causados por fenómenos naturales como El Niño, que persistió desde mediados de 2023 hasta mayo de 2024.
La agencia detalló que el calentamiento del océano en 2024 jugó un papel clave en las altas temperaturas.
El océano registra las temperaturas más cálidas documentadas no solo en la superficie sino también en los 2000 metros superiores, según un estudio elaborado por un equipo de 54 científicos de siete países y 31 institutos.
Alrededor del 90% del exceso de calor del calentamiento global se almacena en el océano, lo que hace que el contenido de calor del océano sea un indicador crítico del cambio climático.
De cara al rápido calentamiento global, es urgente realizar un seguimiento, una vigilancia y una comunicación cuidadosos con respecto a la situación del alza de las temperaturas en relación con el objetivo a largo plazo del Acuerdo de París, para ayudar a los responsables de las políticas en sus deliberaciones.
Los datos de divulgados hoy son un adelanto del informe sobre el estado del clima mundial que publicará la OMM en marzo de 2025.
Dicho estudio ofrecerá los detalles completos de los principales indicadores del cambio climático, incluidos los gases de efecto invernadero, las temperaturas de la superficie, el calor del océano, el aumento del nivel del mar, el retroceso de los glaciares y la extensión del hielo marino.
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La importancia de la gestión sostenible de la tierra para limitar el calentamiento global a 1,5 °C
Notipress.- La comunidad científica busca con algo de prisa la manera de limitar el calentamiento global 1,5 grados Celsius. Pero, para eso, los científicos aseguran que no sólo será necesaria una reducción masiva de las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de las actividades humanas, sino también una mayor cantidad de tierra para satisfacer la creciente demanda de bioenergía y captura de carbono basada en la naturaleza. Al mismo tiempo se requerirá una superficie suficiente para la producción de alimentos y la sostenibilidad ecológica.
En un reciente estudio del Centro de Ciencia y Estrategia de Sostenibilidad del MIT (CS3), publicado en Frontiers in Environmental Science, ofrece un análisis integral sobre cómo la gestión de la tierra puede contribuir a limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Según los investigadores, alcanzar esta meta requiere reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, reasignar el uso de la tierra y garantizar la sostenibilidad alimentaria y ecológica.
De acuerdo con el informe, en un mundo con un calentamiento limitado a 1,5 °C, la tierra jugará un papel esencial al absorber dióxido de carbono y producir energía limpia. Entre las estrategias propuestas se encuentran soluciones basadas en la naturaleza (SbN) como la forestación, reforestación y bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS), además de la expansión de parques eólicos y solares.
El estudio utiliza el marco de Modelado de Sistemas Globales Integrados (IGSM) del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) para evaluar el equilibrio entre la necesidad de alimentos, energía limpia y sumideros naturales de carbono. Bajo el escenario climático Sky2050 de Shell, los investigadores concluyen que es posible satisfacer estas demandas mediante transformaciones políticas y cambios en las prácticas de gestión de la tierra.
Medidas como proteger los ecosistemas, detener la deforestación, fomentar prácticas agrícolas sostenibles, reducir el desperdicio alimentario y promover el consumo responsable podrían garantizar la sostenibilidad. Según el estudio, estas acciones permitirían secuestrar entre 3 y 6 gigatoneladas de CO2 anuales utilizando de 2,5 a 3,5 hectáreas de tierra para SbN, mientras que la bioenergía y las energías renovables ocuparían entre 0,4 y 0,6 hectáreas adicionales.
“Nuestro escenario muestra que hay suficiente tierra para soportar un calentamiento global de 1,5 grados centígrados en el futuro, siempre que se implementen políticas efectivas a nivel nacional y global“, afirmó el científico principal de investigación del CS3, Angelo Gurgel, autor principal del estudio.
Gurgel asegura que estas políticas contra el cambio climático no solo deben promover un uso eficiente de la tierra para la alimentación, la energía y la naturaleza, sino que también deben estar respaldadas por un compromiso a largo plazo. Además, indicó que esta iniciativa debe ser sostenida en el tiempo por la toma de decisiones del gobierno y la industria.
]]>En los últimos dos años, un sistema que detecta fugas importantes de ese gas notificó 1200 casos a gobiernos y empresas, pero sólo el 1% atendió las alertas pese a que muchas veces las reparaciones son por demás simples. “Estamos hablando literalmente de apretar los tornillos con más fuerza en algunos casos”, apunta la responsable de la agencia de la ONU para el medio ambiente.
Las emisiones de metano deben disminuir rápidamente para tener alguna posibilidad de controlar el calentamiento global, dijo este viernes la directora general del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) en la Cumbre Climática COP29 que se celebra en Baku, Azerbaiyán.
Inger Anderson hizo esas declaraciones luego de que un nuevo informe de la ONU revelara que un sistema sofisticado que detecta fugas significativas de metano ha enviado 1200 notificaciones a gobiernos y empresas en los últimos dos años y que sólo el 1% de esas alertas ha recibido respuesta.
“Tenemos un sistema probado que identifica fugas importantes para que puedan detenerse rápidamente, a menudo con reparaciones simples. Estamos hablando literalmente de apretar los tornillos con más fuerza en algunos casos”, explicó Anderson al presentar el informe, que destaca las alertas de columnas de metano del Sistema de Alerta y Respuesta al Metano (MARS).
El evento en el que participó Anderson fue sólo uno de los muchos que tuvieron lugar hoy en la COP29. La última cumbre anual de la ONU sobre el clima se ha estado celebrando en la capital azerbaiyana desde el lunes y se aproxima al fin de semana, con expertos y negociadores gubernamentales listos para continuar las conversaciones sobre financiamiento climático y reducción de emisiones. El objetivo es llegar a un acuerdo para cuando la reunión concluya a fines de la próxima semana.
Según el PNUMA, las emisiones de metano causadas por la actividad humana son responsables de aproximadamente un tercio del calentamiento actual del planeta. Reducir estas emisiones es la forma más rápida y rentable de frenar el calentamiento global en el corto plazo y es esencial para evitar daños climáticos críticos.
Tres industrias representan la mayor parte del metano causado por los humanos: la agricultura, los desechos y los combustibles fósiles. La minería del carbón contribuye con el 12% de las emisiones en la industria de los combustibles fósiles, mientras que la extracción, procesamiento y distribución de petróleo y gas representan el 23%.
Alrededor del 20% de las emisiones de metano en el sector de los desechos provienen de aguas residuales y vertederos. Por último, alrededor del 32% de las emisiones del sector agrícola son producidas por el pastoreo y el estiércol, mientras que otro 8% proviene del cultivo de arroz.
En la actualidad, hay aproximadamente 2,5 veces más metano en la atmósfera que durante la era preindustrial y las emisiones han aumentado en los últimos años, según datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Si bien el metano se considera un “gas de efecto invernadero agresivo”, en realidad es más fácil de reducir que el dióxido de carbono o CO2, el gas que atrapa el calor más conocido, porque el metano tiene una vida más corta en la atmósfera.
El Observatorio Internacional de Emisiones de Metano dirigido por el PNUMA y el sistema de alta tecnología MARS utilizan inteligencia artificial y datos satelitales para detectar liberaciones de gas y ayudar a la industria y a los países a identificar y reducir las grandes emisiones de metano.
“Los gobiernos y las empresas de petróleo y gas deben dejar de hablar sobre este desafío cuando las respuestas están frente a sus narices”, insistió Inger Anderson.
En cambio, apuntó, deberían reconocer la importante oportunidad que se presenta “y empezar a responder a las alertas tapando las fugas que están arrojando metano a la atmósfera, que calienta el clima. Las herramientas están listas, los objetivos están fijados: ahora es el momento de actuar”.
Aunque todavía queda mucho por hacer, el informe cita ejemplos de países y empresas que han respondido, lo que demuestra el valor de las soluciones basadas en datos como los que produce el MARS.
En 2024, el Observatorio Internacional de Emisiones de Metano verificó las medidas para reducir las emisiones de las fugas importantes en Azerbaiyán y Estados Unidos.
En Argelia y Nigeria, las notificaciones y la participación del MARS dieron lugar a medidas directas de los gobiernos y las empresas de petróleo y gas para abordar las grandes fugas de metano. El PNUMA indicó que en el caso de Nigeria, una fuga de seis meses emitió el metano equivalente a 400.000 coches circulando durante un año y se pudo reparar en menos de dos semanas simplemente sustituyendo el equipo defectuoso.
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Es cierto que ya antes existían estos fenómenos, pero eran extraordinarios y se producían una vez cada cuarto de siglo o cada medio siglos. El cambio climático los ha exacerbado en intensidad y frecuencia, haciéndolos más destructivos.
Y estos son sólo algunos ejemplos del coste de la inacción de los Gobiernos y las sociedades con respecto al cambio climático. Por eso, la financiación de alternativas limpias a los combustibles fósiles que impulsan calentamiento tiene que ocupar un lugar destacado en el orden del día de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año, COP29.
El contexto en el que comienza la COP29 en Bakú (Azerbaiyán) el 11 de noviembre es crítico, pero no desesperanzador.
Un reciente informe sobre el clima publicado pocos días antes de la Conferencia confirma que el aumento de la temperatura media mundial se acerca a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales, lo que situaría al mundo en la senda de un catastrófico aumento de entre 2,6 y 3,1°C este siglo, a menos que se produzcan recortes inmediatos e importantes de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero de nuevo, si no se actúa, se producirán fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes y peligrosos.
La ONU hace un llamamiento a la acción colectiva urgente, liderada por el grupo G20 de economías desarrolladas y los mayores emisores, para conseguir los recortes de emisiones de gases de efecto invernadero necesarios para limitar el calentamiento global.
La crisis climática trasciende las fronteras. Resolverla requiere una cooperación internacional sin precedentes, con la ONU y Secretario General, en el centro del esfuerzo multilateral.
Las Conferencias anuales de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (también conocidas, en la jerga de la ONU, como COP, o Conferencias de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), son el principal foro multilateral mundial de toma de decisiones sobre el cambio climático, y reúnen a casi todos los países de la Tierra.
Son una oportunidad única para que el mundo se reúna y acuerde cómo hacer frente a la crisis climática, limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados, ayudar a las comunidades vulnerables a adaptarse al cambio climático y lograr cero emisiones netas para 2050.
Las COP deben ser inclusivas y, además de los líderes mundiales y los representantes de los gobiernos, en ellas participan personas de todos los ámbitos de la sociedad, desde líderes empresariales y científicos especializados en el clima hasta pueblos indígenas y jóvenes, con el fin de compartir ideas y buenas prácticas para reforzar una acción por el clima que beneficie a todos.
Una de las principales prioridades de los negociadores en Bakú será acordar un nuevo objetivo de financiación para el clima que garantice que todos los países dispongan de los medios necesarios para adoptar medidas climáticas mucho más contundentes, reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y construir comunidades resilientes.
El objetivo es que la conferencia ayude a desbloquear los billones de dólares que los países en desarrollo necesitan para mitigar las emisiones nocivas de carbono, adaptarse al cambio climático y hacer frente a las pérdidas y daños que ha causado.
También continuaran los debates celebrados en la Cumbre del Futuro de la ONU a principios de este año sobre la reforma de la arquitectura financiera internacional. El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha descrito el sistema actual como «totalmente inadecuado para su propósito» y mal equipado para hacer frente a los retos actuales: muchos países pobres se enfrentan a niveles insostenibles de deuda que les impiden invertir en protección social y atención sanitaria, por no hablar de las medidas que permitirían la transición a una economía baja en carbono.
Como siempre, habrá un apretado programa de negociaciones, discursos, conferencias de prensa, actos y mesas redondas en el recinto de la conferencia, dividido en una Zona Verde, supervisada por la Presidencia de la COP29 y abierta al público en general, y una Zona Azul gestionada por la ONU.
Aquí es donde tendrán lugar las negociaciones, ya que los representantes de las naciones del mundo intentarán llegar a un acuerdo antes de que finalice el evento. Normalmente se llega a un acuerdo, pero no sin dramatismo, ya que los desacuerdos de última hora hacen que las conversaciones se prolonguen más allá de su plazo oficial.
La importancia de las COP radica en su poder de convocatoria: puede que las decisiones que se toman en cada una de ellas no lleguen tan lejos como algunos esperan, en lo que se refiere a abordar la crisis climática, pero se toman por consenso, uniendo a los países del mundo en acuerdos internacionales que establecen normas y hacen avanzar la acción en áreas críticas.
En 2015, en la COP21 se alcanzó el histórico Acuerdo de París en el que los países acordaron reducir el calentamiento global muy por debajo de los 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales y proseguir los esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados.
El Acuerdo de París se basa en un ciclo de cinco años de medidas climáticas cada vez más ambiciosas por parte de los países. La próxima actualización de los planes nacionales de acción por el clima -conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés)- está prevista para 2025. Este proceso ha dado lugar a mejoras incrementales pero importantes, en términos de reducción de emisiones y medidas para fomentar la adopción de fuentes de energía renovables.
Cada año, los negociadores se basan en los progresos realizados en la COP del año anterior, reforzando las aspiraciones y los compromisos, e impulsando nuevos acuerdos, basados en los últimos descubrimientos científicos sobre el clima y el papel de la actividad humana en la crisis.
Más allá de los muros de la conferencia, hay muchos indicios positivos de que la transición hacia una energía limpia se está acelerando y ya está dando enormes dividendos en términos de creación de empleo e impulso a las economías que la están adoptando.
Las energías renovables están entrando en el sistema energético a un ritmo sin precedentes, y la electricidad procedente de la nueva energía eólica y solar es ahora más barata en la mayoría de los lugares que la electricidad procedente de combustibles fósiles.
El futuro de las energías renovables es inevitable. Se espera que quienes tomen medidas decisivas e inviertan hoy en tecnologías limpias cosechen los mayores beneficios en los próximos años.
Incluso antes de que finalice la COP29, los delegados estarán ultimando los detalles de sus planes climáticos nacionales mejorados, que, entre otros objetivos, se centrarán en la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles y en mantener el mundo en la senda hacia un aumento de la temperatura global no superior a 1,5 grados.
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Variaciones extremas de temperatura, lluvias donde antes no caía agua, cada vez menos glaciares: el cambio climático cada vez se manifiesta más
Por el Dr. Mauricio Alcocer Ruthling, académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
La actividad humana que provoca la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) está alterando el balance energético vital creando gases de efecto invernadero. La cantidad de dióxido de carbono (CO2) y otros gases en nuestra atmósfera han crecido a niveles nunca vistos en el último millón de años, hasta un 60% por encima del promedio.
Este aumento en CO2 está recargando nuestro sistema climático con un exceso de energía, que en primer lugar está causando un aumento en temperatura en todo el planeta, tanto en la atmósfera como en los mares. De hecho, los mares absorben hasta un 90% del exceso de calor del planeta.
Una elevación en las temperaturas oceánicas por encima de lo normal afecta de manera importante el desarrollo de tormentas, su potencia y su frecuencia, como resultado, los huracanes están experimentando “intensificaciones rápidas”. Debido a los cambios que estamos causando, la intensificación rápida ahora es dos veces más probable para los huracanes.
Huracanes “furiosos”
Esto lleva a fenómenos atmosféricos más agresivos. Los huracanes de categoría 5, están ocurriendo al principio de la temporada de huracanes, en vez de a mediados como normalmente ocurre, tal es el caso del huracán Beryl, que el 1 de julio se convirtió en huracán categoría 5 en cuestión de horas, después de entrar en las aguas más cálidas del Caribe, siendo uno de los huracanes en alcanzar esa fuerza tan pronto en la temporada.
Los huracanes generalmente necesitan que la superficie del mar esté al menos a 27 grados centígrados para desarrollarse. Las aguas en el Atlántico y el Caribe han registrado temperaturas mucho más altas, hasta de 30 grados en el Caribe.
En caso del huracán Milton, tras desarrollarse en el Golfo de México, se convirtió en uno de los huracanes más feroces de la región en cuatro días, llegando a categoría 5. De domingo a lunes, la velocidad del viento de la tormenta aumentó de 97 km/h a 290 km/h, resultando en una de las más fuertes en décadas.
En un artículo publicado en “Yale Climate Connections” (https://yaleclimateconnections.org/2024/10/without-climate-change-hurricane-milton-would-have-hit-as-a-cat-2-not-a-cat-3/), investigadores del Imperial College de Londres determinaron que el cambio climático ha causado un aumento de un 10% en la velocidad de vientos en los huracanes.
Mayores consecuencias
Aunque un aumento del 10% en los vientos puede no parecer gran cosa, los daños causados por los huracanes aumentan exponencialmente con la velocidad del viento. Por ejemplo, según la National Oceanographic and Atmospheric Administration (NOAA, por sus siglas en inglés), un huracán de categoría 2 con vientos de 161 km/h causará 10 veces más daños que un huracán de categoría 1 con vientos de 121 km/h.
Esto incluye daños no solo causados por los vientos, sino también por marejadas, inundaciones y tornados. En resumen: un aumento del 10% en los vientos produce aproximadamente el doble de daños causados por huracanes.
Este año, el cambio climático aumentó la velocidad del viento del huracán Helene al tocar tierra en aproximadamente 21 km/h o 11%, y la de Milton en casi 18 km/h o 10%. Utilizando una función de daños y datos sobre el valor expuesto de los activos globales, los investigadores determinaron que el 44% de los daños económicos causados por Helene y el 45% de los causados por Milton podrían atribuirse al cambio climático.
Agregaron que el análisis “probablemente subestima el costo real de los huracanes, porque no captura los impactos económicos duraderos, como la pérdida de productividad y el empeoramiento de los resultados de salud”.
Apenas, en octubre del año pasado, el huracán Otis pasó de tormenta tropical a uno de los huracanas más devastadores de la historia, causando destrucción y muerte en Acapulco.
Entramos en “aguas desconocidas”
El comportamiento de los fenómenos meteorológicos de los últimos tiempos nos está dando señales inequívocas de que el sistema climático, uno de los principales factores que sostienen la vida en nuestro planeta, está cambiando, estamos entrando en aguas desconocidas cuyos resultados apenas empezamos a conocer.
Debido a la cantidad de energía térmica que estamos adicionando a nuestra atmósfera por nuestras actividades, estamos recargando el sistema climático del planeta de manera peligrosa, llevando a nuestro planeta a puntos sin retorno en varios aspectos que son vitales, a puntos a partir de los cuales, el planeta no se pueda reponer.
Estamos creando un tipo de clima que pone en riesgo los mismos sistemas que nos dan vida. Los ecosistemas, la agricultura y el agua, se están afectando de tal manera que afecta negativamente a millones de vidas y hasta la estabilidad misma de los países.
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Las perturbaciones climáticas en Brasil, Colombia y Perú están dejando a los niños sin educación, alimentos y otros servicios vitales, mientras los ríos alcanzan niveles devastadores.
Mientras la Organización Meteorológica Mundial informaba este jueves que, a casi dos meses de que acabe el año, el 2024 va camino de convertirse en el más cálido de la historia*, UNICEF destacaba uno de los efectos de ese calentamiento: la sequía en tres países de la región amazónica están dejando sin comida, agua y educación a 420.000 niños.
La falta de alimentos causada por la sequía del cambio climático aumenta el riesgo de malnutrición, retraso del crecimiento y emaciación, y muerte en los niños, sobre todo en los menores de 5 años, mientras que la escasez de agua, agravada por las sequías, puede provocar un acceso más precario al agua potable y un aumento de las enfermedades infecciosas.
Las investigaciones también han descubierto que las mujeres embarazadas que sufren sequías tienen más probabilidades de tener hijos con menor peso al nacer.
La sequía, sin precedentes desde el año pasado y que ha dejado los ríos de la cuenca del Amazonas en su nivel más bajo, está afectando gravemente a los niños y las comunidades ribereñas e indígenas de Brasil, Colombia y Perú, donde las familias dependen de esos caudales para transportar y acceder a alimentos, agua, combustible y suministros médicos básicos, así como para desplazarse a la escuela.
Los servicios esenciales, como la sanidad, la educación y la protección de la infancia, así como los medios de subsistencia de la agricultura y la pesca, también se ven gravemente alterados en la región, poniendo vidas en peligro.
«Durante siglos, la Amazonia ha albergado valiosos recursos naturales. Estamos siendo testigos de la devastación de un ecosistema esencial del que dependen las familias, dejando a muchos niños sin acceso a alimentos adecuados, agua, atención sanitaria y escuelas», afirmó Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.
«Debemos mitigar los efectos de las crisis climáticas extremas para proteger a los niños de hoy y a las generaciones futuras. La salud de la Amazonia afecta a la salud de todos nosotros».
La Amazonia, la selva tropical más grande y diversa de la Tierra, se extiende por nueve países de América del Sur. Sólo en la región amazónica de Brasil, más de 1700 escuelas y más de 760 centros de salud han cerrado o son inaccesibles debido al bajo nivel del agua.
Según la última evaluación sobre el terreno realizada por UNICEF en 14 comunidades del sur de la Amazonia brasileña, la mitad de las familias afirman que sus hijos no van a la escuela como consecuencia de la sequía.
En la Amazonia colombiana, el nivel del agua de los ríos ha descendido hasta un 80%, lo que ha restringido el acceso al agua potable y al suministro de alimentos, y ha provocado la suspensión de las clases presenciales para los niños en más de 130 escuelas.
Esto, a su vez, ha aumentado el riesgo de que los niños sean reclutados, utilizados y explotados por grupos armados no estatales, y también ha provocado un aumento de las infecciones respiratorias, las enfermedades diarreicas, la malaria y la desnutrición aguda entre los niños menores de 5 años.
En Perú, la región nororiental de Loreto es la más afectada por la actual sequía, que pone en peligro a comunidades remotas, en su mayoría indígenas y ya vulnerables.
Más de 50 centros de salud han quedado inaccesibles, mientras que los incendios forestales, a menudo provocados por personas, pero cuya propagación se ha visto facilitada por las sequías de los dos últimos meses, también están causando una devastación sin precedentes y la pérdida de biodiversidad en 22 de las 26 regiones del país, además de aumentar la contaminación atmosférica a nivel local y regional.
UNICEF estima que se necesitan 10 millones de dólares durante los próximos meses para atender las necesidades más urgentes de las comunidades afectadas por las sequías en Brasil, Colombia y Perú, incluyendo la distribución de agua y otros suministros esenciales, la movilización de brigadas sanitarias y el fortalecimiento de la resiliencia de los sistemas comunitarios y los servicios públicos locales en las comunidades indígenas afectadas.
De cara a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29), UNICEF hace un llamamiento a los líderes para que lleven a cabo cuatro acciones fundamentales para los niños y los jóvenes:
«En todas las partes del mundo, los niños se enfrentan a las devastadoras consecuencias de las crisis climáticas», añadió Russell. «Nos encontramos en un momento crítico. Los niños deben estar en el centro de nuestras negociaciones sobre el clima».
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el año 2024 va camino de ser el más cálido jamás registrado, con una temperatura media global cercana a la superficie incluso superior a la de 2023.
El análisis de la temperatura mundial de la OMM abarca de enero a septiembre de 2024 y se basa en seis conjuntos de datos internacionales para proporcionar una evaluación consolidada de la temperatura.
La OMM facilitó la información al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP29, que se celebra en Bakú (Azerbaiyán).
«Hoy, la Organización Meteorológica Mundial y sus socios nos dicen que 2024 va camino de ser el año más caluroso jamás registrado, casi dos meses antes de que termine», dijo Guterres. «La humanidad está incendiando el planeta y pagando el precio.»
*Desde que existen registros
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El dióxido de carbono (CO2), uno de los tres principales gases de efecto invernadero, junto con el metano y el óxido nitroso, continua acumulándose en la atmósfera condenando el planeta a temperaturas más altas, mientras los planes para reducir esas emisiones apenas tendrán efecto en 2030.
Dos nuevos informes publicados este lunes muestran tendencias muy preocupantes para el planeta y los seres vivos, debido a la acción del ser humano, que no deja de enviar a la atmósfera gases que provocarán el calentamiento global durante décadas, llevando a disrupciones en nuestras formas de vida que ya estamos sintiendo.
De un lado, los nuevos datos publicados por la ONU el lunes indican que los gases de efecto invernadero han alcanzado una cifra récord una vez más, sumándose a los récords que se registran desde hace años, año tras año.
De otro lado, el análisis de los planes actuales para reducir las emisiones de tales gases en 2030, señalan que sólo se logrará rebajarlas un 2,6% por debajo de los niveles de 2019, quedándose muy cortos del 43% de reducción que se necesita para atajar el problema del aumento de la temperatura global.
Estas noticias demuestra una vez más que se necesitan medidas urgentes y no palabras por parte de los principales contaminadores del mundo para protegernos a todos del cambio climático, ha advertido la Organización Meteorológica Mundial (OMM), autora del informe.
El llamamiento se produce en un momento en que los líderes mundiales se preparan para reunirse el mes que viene en Bakú con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en medio de las reiteradas advertencias del Secretario General de las Naciones Unidas y otras agencias de la ONU sobre el coste humano de ignorar esta crisis existencial.
Haciéndose eco de los llamamientos efectuados desde hace tiempo por António Guterres, la secretaria general adjunto de la OMM, Ko Barrett, declaró a los periodistas que el dióxido de carbono (CO2), uno de los tres principales gases de efecto invernadero, junto con el metano y el óxido nitroso, se acumula actualmente en la atmósfera «más rápidamente que en ningún otro momento de la existencia humana». Debido a la vida extremadamente larga del CO2 en la atmósfera, «estamos abocados a un aumento de las temperaturas durante muchos, muchos años», añadió.
El Boletín de Gases de Efecto Invernadero de 2024 de la OMM ofrece un duro recordatorio científico de la necesidad de frenar el aumento de los niveles de CO2.
En 2004, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera era de 377,1 partes por millón (ppm), mientras que en 2023 alcanzó las 420 ppm, según la Red de Vigilancia de la Atmósfera Global de la OMM. «Esto supone un aumento de 42,9 partes por millón, es decir, un 11,4% en sólo 20 años», explicó Barrett.
«Esto es más que estadísticas», insistió la jefa adjunta de la OMM. «Cada parte por millón importa, cada fracción de grado de aumento de la temperatura importa; importa en términos de velocidad de retroceso de glaciares y hielos, de aceleración de la subida del nivel del mar, de calentamiento y acidificación de los océanos. Importa en términos del número de personas que estarán expuestas al calor extremo cada año, la extinción de especies, el impacto en nuestros ecosistemas y economías».
Entre los principales fenómenos productores de gases de efecto invernadero se encuentran los incendios forestales y el fenómeno meteorológico de El Niño, que alimentó unas condiciones más secas y un «repunte» de las concentraciones de gases a finales de 2023, según la OMM. Su análisis muestra que algo menos de la mitad de las emisiones de CO2 permanecen en la atmósfera, algo más de una cuarta parte son absorbidas por el océano y algo menos del 30% quedan retenidas en la tierra.
La responsable científica de la OMM, Oksana Tarasova, describió los incendios forestales del año pasado en Canadá como «absolutamente dramáticos» en cuanto a la cantidad de gases de efecto invernadero producidos.
Los niveles actuales de CO2 no se han visto «en la historia de la humanidad», afirmó. «La última vez que vimos 400 partes por millón de CO2 fue hace entre tres y cinco millones de años, y durante ese tiempo la temperatura era entre tres y cuatro grados más cálida» y el nivel del mar entre 10 y 20 metros más alto.
El informe de la OMM señala que entre 1990 y 2023, el forzamiento radiativo, es decir, el efecto de calentamiento de nuestro clima provocado por los gases de efecto invernadero, aumentó un 51,5%. El CO2 representó más del 80% de este aumento, según los datos del Índice Anual de Gases de Efecto Invernadero de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
«Mientras continúen las emisiones, los gases de efecto invernadero seguirán acumulándose en la atmósfera, lo que provocará un aumento de la temperatura global», declaró la agencia de la ONU. «Dada la vida extremadamente larga del CO2 en la atmósfera, el nivel de temperatura ya observado persistirá durante varias décadas incluso si las emisiones se reducen rápidamente a cero neto».
Preguntado sobre si cabe esperar que la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático produzca compromisos tangibles por parte de los países, la secretaria general adjunta de la OMM señaló que los políticos de todo el mundo hacen referencia a las últimas conclusiones y previsiones científicas sobre el clima en sus declaraciones públicas.
«Así que creo que están escuchando, la cuestión es hasta qué punto veremos que esto se manifiesta en la COP29», dijo.
Barrett señaló que las medidas adoptadas a nivel nacional para la transición a una «economía con menos combustibles fósiles» son de enorme importancia para salvaguardar a las generaciones futuras.
«Aunque haya un desfase y las temperaturas vayan a subir, no hay que disuadirnos de actuar», dijo, «porque habrá una transformación y una tendencia a la baja de la temperatura en el futuro. Todo depende de lo rápido que actuemos y de lo rápido que podamos reducir esas temperaturas».
Otro importante informe publicado este lunes señala que las medidas propuestas por los países para mitigar los efectos cada vez más graves del cambio climático «están muy por debajo de lo necesario».
El Informe de Síntesis de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) para 2024 de la Secretaría de la ONU para el Cambio Climático (CMNUCC), mostró que los planes actuales darían lugar a emisiones de 51,5 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente para 2030, sólo un 2,6% por debajo de los niveles de 2019.
Simon Stiell, secretario Eeecutivo de la CMNUCC, instó a los gobiernos a convertir las promesas realizadas el año pasado en «resultados económicos reales».
En la COP28, celebrada en los Emiratos Árabes Unidos, las delegaciones se comprometieron a triplicar las energías renovables, alcanzar el objetivo mundial de adaptación y abandonar los combustibles fósiles.
«La COP29 debe ser una COP propicia, que ofrezca resultados concretos y ambiciosos sobre la financiación de la lucha contra el cambio climático que tengan en cuenta las necesidades de los países en desarrollo, y que reconozca que este apoyo es fundamental para proteger a todos los países y a la economía mundial de los efectos devastadores del cambio climático», subrayó Stiell.
Advirtió de que las conclusiones del informe son «duras pero no sorprendentes».
«Los planes climáticos nacionales actuales están muy por debajo de lo necesario para impedir que el calentamiento global paralice todas las economías y arruine miles de millones de vidas y medios de subsistencia en todos los países», añadió.
El informe también demostró que la trayectoria actual dista mucho de cumplir los requisitos científicos.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) -un organismo científico de la ONU que evalúa el cambio climático y proporciona a los gobiernos información científica para elaborar políticas climáticas- señala que las emisiones deben reducirse en un 43% respecto a los niveles de 2019.
Stiell subrayó que los niveles actuales de contaminación «garantizarían un naufragio humano y económico para todos los países, sin excepción».
De cara a los compromisos actualizados del próximo año, pidió una «prueba ABC» para los nuevos planes:
«Deben tener nuevos y ambiciosos objetivos de emisiones que abarquen toda la economía (…) deben desglosarse por sectores y gases (…) y deben ser creíbles, respaldados por normativas, leyes y financiación sustanciales».
El informe de 2024 «debe ser un punto de inflexión, que ponga fin a la era de la insuficiencia y desencadene una nueva era de aceleración, con nuevos planes climáticos nacionales mucho más audaces de todos los países previstos para el año que viene», instó.
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El calentamiento global ha deteriorado las comunidades, afirma el Dr. Arturo Perales
El cambio climático se ha convertido en uno de los factores que más inciden en la migración de las personas, ya que produce efectos y situaciones atípicas que afectan los lugares y las condiciones en las que viven grandes grupos humanos.
Así lo afirmó el doctor e ingeniero agrícola Arturo Perales Salvador, investigador de la Universidad de Chapingo, durante el IV Encuentro Nacional de Asesores en Cultivos, que se realizó en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).
El Dr. Perales Salvador, en su conferencia “Cambio climático y migración”, sostuvo que, aun siendo muy antigua y sus causas son múltiples, la migración ha crecido de manera muy importante en este siglo, a causa de las condiciones de pobreza y deterioro que sufren los lugares de origen de los migrantes.
Flujos migratorios
Grandes flujos de personas se han desplazado desde Medio Oriente, África y Centroamérica a países y regiones donde pueden encontrar mejores condiciones de vida. Estas corrientes humanas han ido a Europa y Estados Unidos, principalmente.
En Europa, al principio se les aceptó debido al proceso de envejecimiento que tienen esos países, pero ya están dando marcha atrás. En México, en cambio, han provocado un problema, ya que la mayoría de los migrantes intenta llegar a Estados Unidos, que los rechaza.
En los países de donde son originarios los migrantes, faltan los alimentos o están permanente amenazados por fenómenos naturales provocados por el cambio climático.
Calentamiento global
En relación con el fenómeno del cambio climático, el expositor lo definió como un cambio del promedio del clima en un periodo de tiempo. Dijo que desde el origen de los tiempos han ocurrido cambios climáticos, pero estos suceden de manera gradual.
Hay momentos en los que precisamente el cambio climático ha dado “saltos”, uno fue a mediados del siglo 17 y siglo 18, con la Revolución Industrial, que propició cambios significativos en la producción.
Otro “salto” ocurrió a principios del siglo 20 al dispararse la producción, mediante inventos y descubrimientos como la combustión interna, el petróleo y la luz eléctrica. Pero, el “salto” más significativo viene ocurriendo desde las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado, ya que debido a la crisis del petróleo se comenzaron a utilizar nuevas materias primas como la fibra óptica, los plásticos y la genética agrícola.
Al principio se le echó la culpa al aumento de la población, ya que debido al crecimiento demandaba más alimentos y otros satisfactores, pero este argumento lo echa para abajo la situación de China, que, a pesar de ser el país más poblado del mundo, no es el principal afectado por el cambio climático ni por la migración.
Fenómenos naturales
Algunas manifestaciones del cambio climático son el incremento en el número de desastres naturales, las sequías, incendios, terremotos, sunamis, más de cuatrocientos en los últimos tiempos, como el huracán “Katrina” que pegó en Nueva Orleans en 2005 o el ciclón “Otis” que devastó Acapulco el año pasado, dijo el Dr. Perales Salvador.
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El Día Mundial de la Salud y Seguridad 2024 resalta la prevención laboral ante el calentamiento global para promover entornos laborales seguros
En medio de los desafíos globales que enfrentamos, el 28 de abril marca un recordatorio importante: el Día Mundial de la Salud y Seguridad en el Trabajo.
Este año, mientras la comunidad internacional reflexiona sobre la importancia de proteger a los trabajadores en todos los ámbitos, se destaca una preocupación creciente: el impacto del cambio climático en la salud y la seguridad laboral.
Esto lo explicó el Dr. Ramiro Sánchez, Director de la Maestría en Salud Laboral, de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).
Seguridad en el trabajo
El cambio climático no solo altera los paisajes y ecosistemas, sino que también tiene repercusiones significativas en los centros de trabajo.
Desde condiciones meteorológicas extremas, hasta cambios en los patrones de enfermedades, los efectos del cambio climático están directamente relacionados con la salud y la seguridad de los trabajadores en todo el mundo.
Efectos Clave
Entornos seguros
Ante estos desafíos, es fundamental que los gobiernos, empleadores y trabajadores colaboren para mitigar los efectos del cambio climático en el lugar de trabajo.
La implementación de medidas de adaptación, como la provisión de equipos de protección adecuados y la capacitación en seguridad climática, son esenciales para garantizar entornos laborales seguros y saludables en un mundo en constante cambio.
En el Día Mundial de la Salud y Seguridad en el Trabajo de 2024, recordamos la importancia de abordar tanto los desafíos tradicionales de seguridad laboral como los emergentes relacionados con el cambio climático. Proteger la salud y seguridad de los trabajadores es fundamental para construir un futuro sostenible y resiliente para todos.
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]]>Necesitamos reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero a finales de esta década y, en cambio, las estamos aumentando en un 9%. Basta de dar pasitos, dicen los responsables de la ONU, que piden actuar con mayor valentía.
La conferencia sobre el clima COP28 que se celebrará en Dubai a finales de este mes para actuar en el frente del calentamiento global, ya que las emisiones siguen aumentando y el caos climático se intensifica, insistió el martes el máximo mandatorio de la ONU, António Guterres.
Guterres se refirió así al último informe de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que muestra que las aspiraciones mundiales para frenar el cambio climático se estancaron el año pasado y que los planes nacionales están “sorprendentemente desalineados” con la ciencia.
“A medida que la realidad del caos climático golpea a comunidades de todo el mundo, con inundaciones, incendios y sequías cada vez más feroces, el abismo entre la necesidad y la acción es más amenazador que nunca“, afirmó el director de la ONU.
El organismo de la ONU encargado del cambio climático afirma que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deben reducirse un 45% a finales de esta década en comparación con los niveles de 2010, para cumplir el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados.
Alejados del camino
Sin embargo, según su último informe, está previsto que las emisiones aumenten un 9%.
Guterres pidió que se aceleren los plazos para llegar a las llamadas cero emisiones netas “de modo que los países desarrollados logren esta meta lo más cerca posible del 2040 y las economías emergentes lo más cerca posible del 2050”. También instó a aumentar las inversiones en energías renovables, para que vayan de la mano de la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.
El máximo responsable de la ONU subrayó que los gobiernos deben unirse para conseguir la financiación, el apoyo y las asociaciones necesarias, mientras que los países desarrollados deben recuperar la confianza cumpliendo sus compromisos financieros. También añadió que “no basta con avanzar poco a poco. Es hora de una supernova de ambición climática en cada país, ciudad y sector“.
Los pasitos no bastan
“El informe de hoy muestra que los gobiernos están dando pequeños pasos para evitar la crisis climática. Y muestra por qué los gobiernos deben dar pasos agigantados en la COP28 de Dubai, para empezar a ir por buen camino”, declaró el secretario ejecutivo de la Convención, Simon Stiell.
“Esto significa que la COP28 debe ser un claro punto de inflexión. Los gobiernos no sólo deben acordar cuales son las medidas climáticas más enérgicas que se adoptarán, sino también empezar a mostrar exactamente cómo llevarlas a cabo.”
Subrayó que, al concluir el primer balance mundial en la COP28, este será el momento en el que las naciones podrán recuperar el impulso para promover la acción en todos los ámbitos y encarrilar el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París de 2015.
El objetivo del balance es informar a la próxima ronda de planes de acción climática, las contribuciones determinadas a nivel nacional, o NDC (por sus siglas en inglés), que se presentarán para 2025, allanando el camino para una acción acelerada.
Mostrar los beneficios de la acción por el clima
“El informe de balance mundial, o GST (por sus siglas en inglés) publicado por ONU Cambio Climático este año muestra claramente dónde se avanza con demasiada lentitud.
“Pero también expone el amplio abanico de herramientas y soluciones propuestas por los países. Miles de millones de personas esperan que sus gobiernos tomen estas herramientas y las pongan en práctica”, añadió.
“Cada fracción de grado es importante, pero vamos muy desencaminados. La COP28 es nuestro momento para cambiar esta situación”, afirmó Stiell. “Es hora de mostrar los enormes beneficios de una acción climática más audaz: más empleos, salarios más altos, crecimiento económico, oportunidades y estabilidad, menos contaminación y mejor salud.”
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Sin embargo, señala que la llama de la injusticia está “sofocando las esperanzas y las posibilidades” mientras el mundo se enfrenta a la crisis climática, y la propia África sufre algunos de los peores impactos del calentamiento global.
El Secretario General, António Guterres, se dirigió este martes a la Cumbre Africana sobre el Clima, que se celebra en Nairobi (Kenia), y señaló que, a pesar del “calor extremo, las feroces inundaciones y las decenas de miles de muertos por sequías devastadoras”, el continente era responsable de menos del 4% de las emisiones.
“El golpe infligido al desarrollo se evidencia en todas partes con hambre y desplazamientos crecientes”, afirmó.
Salto cuántico
Sin embargo, en medio del “caos climático”, dijo que todavía era posible evitar lo peor, “pero sólo con un salto cuántico en la acción climática“.
Afirmó que es necesaria una ambición climática mucho mayor por parte de todos los países, encabezados por los mayores emisores, en línea con su Pacto de Solidaridad Climática y su Agenda de Aceleración.
Hizo un llamamiento a las economías avanzadas del G20, reunidas esta semana en Delhi, para que asuman su responsabilidad y se comprometan a alcanzar las cero emisiones netas* lo más cerca posible de 2040.
En segundo lugar, pidió “justicia climática” para alcanzar los objetivos con respecto a energías renovables y asequibles, particularmente en África. Esto significa hacer operativo el fondo acordado para pérdidas y daños, sistemas universales de alerta temprana y una “corrección del rumbo del sistema financiero mundial“.
Líder mundial en energías renovables
En tercer lugar, África es rica en energías renovables sin explotar, con el potencial para convertirse en el líder mundial en recursos renovables y “crecimiento verde”.
Tiene casi un tercio de las reservas minerales del mundo para energía solar, vehículos eléctricos y almacenamiento de baterías.
“Para beneficiar realmente a todos los africanos, la producción y el comercio de estos minerales críticos deben ser sostenibles, transparentes y justos en todos los eslabones de la cadena de suministro”, afirmó.
El máximo responsable de la ONU se refirió a la región del Cuerno de África, donde más del 85% de la electricidad procede de fuentes renovables. Mozambique obtiene casi toda su energía de recursos verdes y sostenibles.
Y los proyectos eólicos y solares ya están ayudando a abastecer de energía a Egipto, Argelia, Túnez, Marruecos y Sudán del Sur.
Pidió un esfuerzo colectivo para crear “una verdadera” Alianza Africana de Energías Renovables.
Milagro africano
“La energía renovable podría ser el milagro africano, pero debemos hacerlo realidad. Debemos trabajar todos juntos para que África se convierta en una superpotencia de las energías renovables”.
En esta conferencia de líderes africanos y partes interesadas organizada por Kenia y la Comisión de la Unión Africana, Guterres dijo que estaba convencido de que el continente “puede estar en el corazón de un futuro renovable”.
Dijo que ha llegado el momento de que todas las naciones “se unan en defensa de nuestro único hogar. Hagamos realidad la justicia climática que los africanos, el mundo y el planeta que compartimos exigen y merecen”.
En una rueda de prensa celebrada en Nairobi tras su discurso, el Secretario General afirmó que era tiempo de poner fin a las injusticias que frenan al continente. Se comprometió a colaborar estrechamente con los líderes africanos y organizaciones como la Unión Africana, para acelerar el progreso.
*El “cero neto” indica recortar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta dejarlas lo más cerca posible de emisiones nulas.
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Río de Janeiro, 22 jul (EFE).- El Cristo Redentor de Río de Janeiro proyectó este sábado el Reloj Climático, una iniciativa internacional que señala el tiempo que queda para poder detener el calentamiento global y que por primera vez marcó menos de seis años.
Sobre el monumento más icónico de Brasil el reloj pasó de los 6 años, 0 días y 00:00:00 horas a los 5 años, 364 días y 23:59:59 horas, en un momento en que varios puntos del planeta registran un calor extremo.
Ese es el tiempo que le resta a la humanidad “para mantenerse a salvo de escenarios climáticos catastróficos” y evitar traspasar el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5 grados, según los organizadores de la acción.
El Reloj Climático es una iniciativa de un grupo internacional de científicos y activistas, y llegará a cero en el momento en el que se agote el presupuesto de carbono, que es una estimación de la cantidad de emisiones que puede liberarse a la atmósfera para no superar el umbral de los 1,5 grados.
“Debemos tomar medidas para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero a cero lo más rápido posible. El tiempo se acorta, mientras que los impactos climáticos son cada vez más fuertes”, afirmó Natalie Unterstell, presidenta del Instituto Talanoa, responsable de traer el reloj a Brasil.
“Contar con menos de seis años para reducir las emisiones de carbono a la mitad muestra la urgencia con la que tenemos que actuar. No hay tiempo que perder con promesas vagas y falsas soluciones”, completó.
El hemisferio norte está sufriendo estos días los efectos de una intensa ola de calor con temperaturas extremas en Estados Unidos, algunas zonas de Asia y en varios países de Europa, donde también se han reportado incendios de grandes dimensiones, como en Grecia.
Por otro lado, las fuertes lluvias han provocado recientemente graves estragos, con decenas de fallecidos, en Corea del Sur, Colombia y Brasil, este último impactado por el paso de dos ciclones extratropicales por el sur en un mes, un fenómeno poco frecuente en esa región del país.
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Los microplásticos consumidos por una persona son equivalente a una tarjeta bancaria, según expertos
NOTIPRESS.- En los próximos 100 años, entre el 70 y 90 por ciento de los arrecifes de coral serán destruidos por el aumento de temperatura del mar, de acuerdo con un reporte de la ONU. Además, señala que un aumento de 2° centígrados implicaría la pérdida total de los mismos.
Desde principios del siglo XX, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), ha registrado incrementos de hasta 1° centígrado en la temperatura marítima. El mismo organismo destaca que la población humana también se ve afectada por estas condiciones.
Pablo Hernández Alcántara, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM (ICML), hace algunos comentarios al respecto. Cada año se extinguen cerca de 25 mil especies marinas, la mayor parte de ella, sin siquiera ser conocida por la humanidad. A su vez, comenta que no se sabe con certeza cuántas especies de fauna existen en el mar a nivel mundial, se estima son entre 250 y 275 mil, con proyecciones de hasta un millón de especies. Uno de los mayores causantes de la extinción de especies es el estrés marítimo por aumento de temperatura, asegura Alcántara.
La contaminación del mar también afecta a la población humana, puntualiza María Guadalupe Ponce, investigadora del ICML. La contaminación por microplásticos en los productos alimenticios consumidos por una persona equivalen a una tarjeta bancaria, explica. Esto es indicador de alta presencia de contaminación en los cuerpos de agua, los cuales generan el 50% del oxígeno de la tierra.
Otros factores que intervienen en el deterioro de los ecosistemas marítimos son la pesca industrial y los desechos. Lorenzo Álvarez Philip, investigador de la UNAM, asegura que el 90 por ciento de las especies marinas y 50% de los arrecifes han sido mermados por la extracción industrial. Además, 80% de la fauna extraída es desechada. Ejemplo de ello es la pesca de camarón, las redes de arrastre destruyen el hábitat y capturan especies no aptas para consumo humano.
Expertos de la UNAM remarcan la responsabilidad del cuidado del mar y remarcan que esta no recae solo en las entidades gubernamentales. Es necesario establecer estrategias sociales de acuerdo con el papel social de cada persona, organismo para revertir la pérdida de biodiversidad y frenar el aumento de temperatura en el mar.
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Los más afectados son los países en desarrollo. Sin embargo, que la mejora de los sistemas de alertas tempranas y la gestión coordinada de las catástrofes han contribuido a mitigar su impacto mortal.
medio siglo de fenómenos meteorológicos extremos turboalimentados por el calentamiento global provocado por el hombre, según ha declarado este lunes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
De acuerdo con los datos de la agencia de la ONU, los riesgos meteorológicos, climáticos e hidrológicos causaron cerca de 12.000 catástrofes entre 1970 y 2021. Los países en desarrollo fueron los más afectados, ya que nueve de cada 10 muertes y el 60% de las pérdidas económicas se debieron a perturbaciones climáticas y condiciones meteorológicas extremas.
La OMM señaló que los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo sufrieron un coste “desproporcionadamente” elevado en relación con el tamaño de sus economías.
“Desgraciadamente, las comunidades más vulnerables se llevan la peor parte de los peligros meteorológicos, climáticos e hidrológicos“, afirmó el secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
Desigualdades asombrosas
En los países menos adelantados, la OMM informó de que varios desastres ocurridos en el último medio siglo habían causado pérdidas económicas de hasta el 30% del producto interior bruto (PIB), mientras en los pequeños estados insulares en desarrollo, una de cada cinco catástrofes tuvo un impacto “equivalente a más del 5%” del PIB, y algunas de ellas aniquilaron todo su PIB.
En Asia, se registró el mayor número de muertes debidas a fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos en los últimos 50 años, con cerca de un millón de fallecidos, más de la mitad sólo en Bangladesh.
En África, las sequías representaron el 95% de las 733.585 muertes registradas por desastres climáticos.
Las alertas tempranas salvan vidas
La OMM subrayó, sin embargo, que la mejora de los sistemas de alertas tempranas y la gestión coordinada de las catástrofes han contribuido a mitigar su impacto mortal.
“Las alertas tempranas salvan vidas”, insistió Taalas.
La agencia de la ONU también señaló que las muertes registradas para 2020 y 2021 eran inferiores a la media de la década anterior.
Señalando el ejemplo de la fuerte tormenta ciclónica Mocha de la semana pasada, que causó devastación en las zonas costeras de Myanmar y Bangladesh y golpeó a “los más pobres entre los pobres”, Taalas recordó que desastres meteorológicos similares en el pasado causaron “decenas e incluso cientos de miles de muertos” en ambos países.
“Gracias a las alertas tempranas y a la gestión de catástrofes, estas tasas de mortalidad catastrófica son ahora, afortunadamente, historia”, afirmó el responsable de la OMM.
Fruta al alcance de la mano
La agencia ya había demostrado anteriormente que con sólo 24 horas de antelación a un peligro meteorológico inminente se pueden reducir los daños en un 30%, y calificó las alertas tempranas de “fruta madura” de la adaptación al cambio climático, ya que multiplican por diez el rendimiento de la inversión.
La OMM publicó sus nuevas conclusiones sobre el coste humano y económico de las catástrofes meteorológicas con motivo de su Congreso Meteorológico Mundial cuatrienal, que se inauguró el lunes en Ginebra y se centró en la aplicación de la Iniciativa de la ONU Alerta temprana para todos.
No dejar a nadie atrás
La iniciativa pretende garantizar que los servicios de alerta temprana lleguen a todos los habitantes de la Tierra para finales de 2027. Fue lanzada por el Secretario General de la ONU, António Guterres, en la conferencia sobre cambio climático COP27 celebrada en Sharm al-Sheikh en noviembre del año pasado.
En la actualidad, sólo la mitad del mundo está cubierta por sistemas de alerta temprana, y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo y los Países Menos Adelantados quedan muy rezagados.
A principios de este año, Guterres reunió a los directores de las agencias y a los socios para acelerar la puesta en marcha de la iniciativa. Se ha identificado un primer grupo de 30 países de especial riesgo -casi la mitad de ellos en África- para poner en marcha la iniciativa en 2023.
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Ginebra, 20 mar (EFE).- El mundo necesita recortar a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2030 para limitar el calentamiento global a 1,5 grados este siglo, advierte hoy un nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
El informe, elaborado tras una semana de reuniones en la localidad alpina de Interlaken (Suiza) y que sintetiza todos los elaborados por los expertos de IPCC desde 2015, recuerda que en la década 2011-2020 el planeta ya se ha calentado 1,1 grados con respecto a los niveles preindustriales (1850-1900).
“La temperatura global de la superficie se ha calentado desde 1970 a mayor velocidad que en cualquier otro periodo de 50 años de los últimos dos milenios”, advierte el informe de síntesis, sexto que elabora el IPCC desde su creación en 1988 y que cierra un ciclo de estudios de ocho años, en el que se firmó el Acuerdo de París.
Las concentraciones en la atmósfera de dióxido de carbono (el principal gas de efecto invernadero) eran en 2019 las más altas de los últimos dos millones de años (410 partes por millón), recuerda el informe, indicando que un 79 % de las emisiones provienen de la industria, los transportes, el consumo de energía y la construcción.
Al actual ritmo de reducción de emisiones, los científicos de IPCC advierten que es “probable” que se alcance en este siglo un calentamiento de 1,5 grados, el límite por encima del cual los expertos consideran que las consecuencias en forma de fenómenos meteorológicos extremos serían especialmente catastróficas.
IPCC calcula que si se mantienen las actuales emisiones el calentamiento global este siglo sería de 3,2 grados, un aumento insostenible, e incluso con los actuales compromisos de reducción de emisiones, que los expertos piden aumentar, la subida media de las temperaturas sería de 2,8 grados.
Los expertos señalan que en el caso de que hubiera una enorme explosión volcánica global (como la del volcán indonesio Tambora de 1815, que causó el llamado “año sin verano” de 1816) ésta “enmascararía parcialmente el cambio climático” al reducir las temperaturas, pero sólo “entre uno y tres años”.
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Redacción Ciencia, 17 feb (EFE).- Una colaboración internacional de científicos ha identificado 27 bucles de retroalimentación climática, es decir, factores que desencadenan procesos que intensifican el calentamiento global y agravan las consecuencias del cambio climático.
El estudio -una colaboración entre científicos estadounidenses y europeos liderada por la Universidad estatal de Oregón (OSU)- advierte de que algunos de estos factores ni siquiera están contemplados por los modelos climáticos.
A la vista de este hallazgo, el estudio, cuyas conclusiones se publican este viernes en la revista ‘One Earth’, subraya la urgencia de responder a la crisis climática y de actuar “tanto en investigación como en política” para reducir de manera “inmediata y masiva” las emisiones y limitar el calentamiento futuro.
En climatología, los bucles de retroalimentación climática son procesos que pueden amplificar o disminuir los efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero, iniciando una reacción en cadena que se repite una y otra vez.
Un ejemplo de bucle sería el calentamiento del Ártico, que provoca el deshielo del hielo marino, lo que, a su vez, aumenta el calentamiento porque el agua del mar, en vez de reflejar la radiación, la absorbe.
Algunos de estos bucles -apuntan los autores- son especialmente preocupantes, como el del permafrost, en el que el aumento de las temperaturas provoca el deshielo del permafrost, lo que se traduce en más emisiones de dióxido de carbono y metano, con el consiguiente aumento del calentamiento.
Otras retroalimentaciones potencialmente peligrosas son la desecación o la combustión lenta de las turberas y el retroceso de los bosques.
Y dado que estos bucles pueden no estar aún plenamente incorporadas a los modelos climáticos, los actuales planes de reducción de emisiones podrían no limitar adecuadamente el calentamiento futuro, avisa el estudio.
UNA REDUCCIÓN INMEDIATA Y MASIVA DE EMISIONES
El estudio insta a una reducción “inmediata y masiva de las emisiones” para minimizar el calentamiento a corto plazo y reducir los desastres climáticos que ya se están produciendo como los incendios forestales, las inundaciones costeras, el deshielo del permafrost, y otros fenómenos extremos.
Además, pide mitigar las posibles amenazas de los puntos de inflexión climáticos, cada vez más cercanos debido a los numerosos bucles de retroalimentación amplificadores (un punto de inflexión es un umbral a partir del cual un cambio en un componente del sistema climático se autoperpetúa).
Según los investigadores, incluso un calentamiento relativamente moderado aumentaría la probabilidad de que la tierra cruzara varios puntos de inflexión, provocando grandes cambios en el sistema climático del planeta y reforzando potencialmente las retroalimentaciones amplificadoras.
“Es demasiado tarde para evitar por completo el dolor del cambio climático, pero si tomamos pronto medidas significativas y priorizamos las necesidades básicas humanas y la justicia social, aún podría ser posible limitar el daño”, explica William Ripple, investigador de la OSU y director del estudio.
El estudio lamenta también que, pese a varias décadas de advertencias científicas, las emisiones han aumentado sustancialmente en el último siglo.
Los científicos creen que las interacciones entre los bucles de retroalimentación podrían provocar un cambio permanente del estado climático actual de la Tierra a otro que amenazara la supervivencia de muchos seres humanos y otras formas de vida.
“En el peor de los casos, si las retroalimentaciones amplificadoras son lo suficientemente fuertes, el resultado probablemente sea un trágico cambio climático que los humanos no podrían controlar”, apunta Ripple.
Además de los 27 bucles amplificadores identificados en el estudio, el equipo ha encontrado siete “amortiguadoras” (que actúan para estabilizar el sistema climático) como la fertilización por dióxido de carbono, en la que el aumento de las concentraciones atmosféricas de CO2 provoca un incremento de la absorción de carbono por la vegetación.
El estudio identifica también otras siete reacciones de las que se desconocen sus efectos, como el aumento del polvo atmosférico y la reducción de la estabilidad de los océanos.
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